En el reciente anuncio del presidente Felipe Calderón sobre el hallazgo de crudo en aguas profundas del Golfo de México -escenario de graves desastres petroleros como el provocado por British Petroleum en el 2010-, el tema de seguridad fue omitido, jamás se mencionaron los riesgos ni la existencia de un plan de contingencia en caso de un fuga de crudo del subsuelo marino, explicó la organización ambientalista, Greenpeace.
Petróleos Mexicanos debe explicar la forma en que hará frente a un derrame de crudo si éste llegara a ocurrir. La extracción que realiza Pemex en el pozo Trión-1, en el área de Perdido ubicado en la mencionada cuenca marítima, es considerada no convencional y de alto riesgo.
En las resoluciones de los proyectos para perforar los pozos Trión-1, y Supremus-1, ambos en el Golfo de México, la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) señala severas deficiencias de Pemex para contener derrames y aun así, ha avalado ambos proyectos de perforación.
La CNH, el órgano regulador, no había autorizado a la paraestatal mexicana a iniciar actividades en aguas profundas al no contar ésta con las condiciones de seguridad necesarias para operaciones con tirantes de agua mayores a 500 metros de profundidad. Finalmente, el pasado mes de mayo, la Comisión le otorgó el permiso excluyendo los riesgos implicados para la seguridad ambiental y económica de los mexicanos.
“No bastó el hundimiento de la plataforma Deepwater Horizon en el Golfo de México como una lección para que éste tipo catástrofes no vuelvan a ocurrir, tampoco parecen suficientes los 53 derrames ocurridos en el país en lo que va del año, incluidos los más severos registrados en Coatzacoalcos y Salina Cruz. Con la extracción que realiza en el pozo Trión-1, Pemex desdeña la probabilidad de ocasionar una catástrofe ambiental similar”, declaró Beatriz Olivera, coordinadora de la campaña de Energía y Cambio Climático de Greenpeace México.
Aunado a lo anterior, se señala que Pemex debe desarrollar protocolos específicos en donde se describa, paso a paso, los equipos, materiales y las acciones concretas que se realizarán en caso de que suceda una contingencia o siniestro. La paraestatal tampoco cuenta con protocolos o procedimientos en donde se establezcan criterios de decisiones operativas y coordinación para realizar trabajos simultáneos de perforación de pozos en aguas profundas.
“Dada la trascendencia y los riesgos, Greenpeace exige a Pemex haga públicos los planes de contingencia y respuesta ante derrames de hidrocarburos, así como las pólizas que ha contratado para hacer frente a tales riesgos”, agregó Olivera.
Pemex ha demostrado innumerables veces su ineficiencia para atender derrames y emergencias ambientales, la prueba más reciente de ello es el derrame ocurrido el pasado 11 de agosto en Salina Cruz, Oaxaca.
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