La temporada de calor en la Ciudad de México muchas veces se convierte en sinónimo de contingencias ambientales y, por lo tanto, tener que dejar el carro en casa, pues, si el automotor no tiene holograma de verificación cero, la restricción a la circulación afectará las actividades cotidianas.
A la contingencia ambiental se suman los altos costos de la gasolina, ya que, al cierre de febrero pasado, el precio promedio nacional de la Gasolina Magna se ubicó en 17.33 pesos por litro, según datos de la Comisión Reguladora de Energía (CRE).
Este precio es 22% más alto en comparación con el valor del combustible durante 2015; durante todo ese año el litro de la gasolina “verde” se vendió en 13.70 pesos.
Sin embargo, la conversión de vehículos del consumo de gasolina o diésel a gas natural vehicular (GNV) permite “matar dos pájaros de un tiro”, debido a que el GNV es mucho más económico y menos contaminante.
Por una parte, hasta febrero de este año, el litro de gas natural se vendió en un promedio de ocho pesos, lo que representa un ahorro de, al menos, 46% en comparación con el valor de la gasolina Magna.
Si se aprecia en términos económicos, convertir una unidad de cuatro cilindros a GNV representa un ahorro de entre 5 mil y 6 mil pesos mensuales para un usuario de alto consumo, como un taxi, sin contar el incremento al rendimiento del vehículo.
Además, según estimaciones de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), utilizar gas natural permite que las emisiones de dióxido de carbono se reduzcan 25% en comparación con la gasolina, cifra que se eleva hasta 35% si se compara con el uso del diésel.
Otros contaminantes que se reducen con la utilización del GNV como combustible son el óxido de nitrógeno (NOx), pues se genera 35% menos, el monóxido de carbono (uno de los contaminantes más tóxicos que despiden los vehículos de combustión interna), cuyas emisiones bajan 95%.
Finalmente, las unidades que usan el gas natural como fuente energética no emiten partículas negras, también conocidas como black carbon. Este compuesto es el principal responsable de las enfermedades respiratorias y las muertes prematuras relacionadas con problemas cardiovasculares, según estimaciones de la Comisión Europea.
La segunda ventaja de realizar la conversión es que los autos que funcionen con gas natural quedan exentos de los programas Hoy No Circula, según la Secretaría de Medio Ambiente capitalina.
Estas ventajas ya son aprovechadas en México, pues existen más de 10 mil vehículos que utilizan el gas natural como principal combustible, de las que 45% son taxis, 15% camiones de pasajeros y 40% corresponden a transporte de carga.
Teóricamente se puede convertir cualquier motor de gasolina a gas, en la página web de la Secretaría del Medio Ambiente se puede consultar por localidad, la lista de vehículos homologados para dicha conversión.
La adaptación o conversión del motor tarda entre dos y cuatro días y consiste en el diagnóstico del sistema del combustible actual, la configuración, la instalación del sistema de gas natural y la calibración.
Una de las claves para el buen funcionamiento de este tipo de motores es la seguridad del vehículo, por lo que, a diferencia de otras tecnologías, durante el proceso de conversión a GNV, el taller certificado debe instalar un chip para monitorear el estado del vehículo y asegurar que cumple con la normatividad vigente.
Para encontrar un taller certificado, así como para conocer más a fondo el proceso de conversión y los beneficios del uso del gas natural como combustible vehicular en nuestro país, los usuarios pueden asistir a la 3ra. Edición de AltFuels México, que se realizará en el World Trade Center de la Ciudad de México del 23 al 26 de abril, y que reunirá a más de 5 mil visitantes y 170 expertos en la industria de vehículos y combustible alternativo.
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