“Ya estamos viviendo las consecuencias de un calentamiento global de 1oC, con condiciones meteorológicas más extremas, crecientes niveles del mar y un menguante hielo marino en el Ártico, entre otros cambios”, expresa alarmado Panmao Zhai, copresidente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), en un informe de este órgano de la Organización de las Naciones Unidas que se encarga de evaluar toda la información científica referente al cambio climático.
Para mitigar los efectos del calentamiento global, en la Ciudad de México, la Secretaría del Medio Ambiente del gobierno capitalino (SEDEMA) impulsa desde hace 11 años la realización de azoteas verdes: es decir, usar los techos de edificios públicos para instalar espacios naturales que además contribuyan a disminuir los altos niveles de contaminación ambiental, así como impulsar una cultura del cuidado del medio ambiente y la naturaleza.
Además, la SEDEMA, en coordinación con la Secretaría de Finanzas, otorgan una reducción del 10% del impuesto predial a todas las personas que acrediten haber instalado un sistema de naturación de azoteas o azotea verde en los techos de sus viviendas, según lo establece el Artículo 296 bis del código fiscal de la Ciudad de México.
“El crecimiento de las grandes construcciones ha ido ganando terreno a nivel mundial. Cada vez es menor la posibilidad de que existan jardines en los nuevos proyectos de construcción de inmuebles; es por eso que una nueva opción es diseñar una azotea verde, además de que se contribuye con el medio ambiente, también se tienen beneficios económicos y sociales, ya que esos espacios se pueden utilizar como áreas recreativas”, señala Arnaldo Figurelli, director general de IsoCindu, empresa de paneles aislantes.
De acuerdo con información de la Fundación UNAM, este tipo de azoteas da una segunda vida a los edificios. Y en ellas se pueden cultivar frutas, verduras y flores; asimismo, se puede mejorar el clima del edificio y ayudan a filtrar contaminantes del aire y de la lluvia.
“Esto prolonga la vida del techo, reduce riesgo de inundaciones y puede servir también como una barrera acústica en donde el suelo bloquea los sonidos de baja frecuencia y las plantas bloquean los de alta frecuencia”, señala este organismo universitario.
“Aumentar las superficies verdes utilizando las azoteas de los edificios, se está convirtiendo en una de las opciones arquitectónicas más valoradas en el ámbito urbano e industrial. Hemos observado un crecimiento constante de la demanda de materiales para la denaturación (cambio estructural) de las cubiertas.”, explica Figurelli.
Sin embargo, entre las principales razones de la gente para no colocar una azotea verde en su edificio están el riesgo de que el agua se filtre por los muros y ocasione problemas serios, como goteras, y que las raíces de las plantas puedan dañar el techo.
Pero, ahora es posible instalar azoteas verdes sin mayor riesgo para la construcción, esta empresa dio a conocer que ha diseñado Isodeck PVSteel, un panel bilamina con soporte metálico revestido con una membrana de PVC de alta resistencia y durabilidad, que cuenta con un elevado grado de resistencia a las infiltraciones de agua y a los agentes químicos, al ataque de las raíces y al punzonamiento, a las cargas estáticas y dinámicas, así como a los rayos UV.
Explicó que para “dar solución a los proyectistas que precisan de alternativas innovadoras para sus proyectos ajardinados, el panel sándwich Isodeck PVSteel resulta ideal para realizar cubiertas planas o con poca pendiente. El acoplamiento de los paneles se consigue mediante una greca de unión, y se garantiza la impermeabilización gracias a la termofusión de una banda de solape de PVC.”
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