En el mes de abril inició uno de los programas más ambiciosos de recuperación de la vainilla mexicana en el estado de Chiapas, en la frontera sur del país. Cuatro comunidades del norte de la entidad, en el municipio de Chilón, se han propuesto desarrollar un proyecto agroforestal el cual preservará extensas áreas de selvas y bosques de niebla y a su vez ayudará a mejorar la calidad de vida de los pobladores de la zona, proyecto que es patrocinado por Fundación Pedro y Elena Hernández A.C.
El proyecto en el norte de Chiapas se apoya a 30 productores, a los que se les ha iniciado en el aspecto técnico-agrícolas, organización comunitaria y comercialización del producto. La meta que se buscará alcanzar será que para el 2022 el programa sea autosustentable, al consolidarse una organización de productores autogestionados. Se espera que dentro de los tres años de la gestión al menos 90 familias, es decir, que unas 630 personas terminen incorporadas al programa.
Chiapas es uno de los recintos naturales mejor conservados del territorio nacional con una abundante biodiversidad ambiental y riqueza cultural. Es en esta frontera sur donde proyectos como la producción de vainilla dará una mejor calidad de vida a sus pobladores sin generar una grave deforestación en la zona; esto se debe a que la vainilla, una orquídea 100% mexicana, requiere de árboles tutores para su adecuado desarrollo y producción, generando así una simbiosis perfecta en la protección de los bosques de niebla del norte de Chiapas.
Este programa se suma a otros esfuerzos que iniciaron en 2017, donde las comunidades impulsaron un proyecto comunitario para la cría y manejo de abejas Meliponas, las cuales además de aportar una miel altamente valorada, son importantes polinizadoras de la flora de selvas y bosque, entre ellas de la vainilla.
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