La pérdida de la biodiversidad es uno de los problemas ambientales más serios para México. Las causas esenciales se encuentran arraigadas en nuestra forma de vida, principalmente en el crecimiento desmedido de la población humana, el cambio de uso de suelo, el crecimiento de la infraestructura carretera, incendios forestales, especies invasoras, cambio climático global, extensión de los ecosistemas terrestres, especies terrestres mexicanas en riesgo.
Lo anterior lo manifestó la presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), Lorena Cruz Sánchez en la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente.
Dijo que uno de los principales retos que enfrenta México es incluir al Medio Ambiente como uno de los elementos de la competitividad y el desarrollo económico y social. Solo así se puede alcanzar un desarrollo sustentable, afirmó Lorena Cruz Sánchez, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres.
El programa “Sustentabilidad y Medio Ambiente” de Inmujeres tiene como finalidad integrar la perspectiva de género en las políticas y programas sobre sustentabilidad y Medio Ambiente, fomentando la participación activa de las mujeres en la toma de decisiones sobre asuntos ambientales a todos los niveles. Sus temas rectores son agua; cambio climático; gestión integral del riesgo; biodiversidad y salud ambiental.
Indicó que en este sentido, el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 del gobierno de la República, establece como uno de sus ejes transversales la perspectiva de género, para que todas las políticas públicas del país faciliten la inclusión de las mujeres en todos los ámbitos como lo es el forestal. “Trabajamos también de manera muy importante para que la igualdad se fortalezca en el campo y que las mujeres que trabajan la tierra y no son propietarias de ésta, tengan la posibilidad de acceder a créditos y programas de apoyo,” señaló la titular del Inmujeres.
La funcionaria resaltó que son precisamente las mujeres un factor clave en los procesos que son reconocidos como agentes intermediarios de la relación entre desarrollo sustentable y Medio Ambiente tales como el crecimiento de la población, la migración, la organización familiar del trabajo, los patrones de producción y de consumo y la desigual distribución del poder económico, político y tecnológico.
Por ello, dijo que la perspectiva de género no sólo debe tenerse en cuenta al planificar el manejo de los recursos ambientales a nivel local, sino también en relación con las tendencias globales y cómo éstas inciden en la situación social de las mujeres y de los varones. Asimismo, el análisis de género contribuye a la interpretación de los cambios que van surgiendo en las relaciones género-Medio Ambiente, de acuerdo a los procesos económicos y políticos que se van gestando y a las negociaciones y consensos que se establecen.
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