Las cifras de la pobreza en México son duras, pero ¿quiénes son sus rostros?
Por Ana Herrera
Cruzar miradas con la pobreza en México es el propósito de “Los doce mexicanos más pobres, el lado B de la lista de millonarios”, un reportaje de investigación coordinado por Salvador Fausto y publicado por Editorial Planeta que describe, en historias de vida, por qué la desigualdad económica es uno de los malestares nacionales más profundos y arraigados.
En México hay más de 50 millones de habitantes viviendo en condiciones de pobreza, eso lo convierte en uno de los 25 países con mayor desigualdad en el mundo; los ricos son tan ricos como en Estados Unidos y Europa. Los pobres, tienen condiciones de vida como las que se encuentran en África: ellos no son noticia.
En entrevista para Mi Ambiente, Salvador Fausto explicó cómo fue que decidió ponerle rostro a la pobreza en México: “todo mundo está atento de la lista de Forbes, se genera en el país una conversación pública sobre los ricos. Los millonarios, tienen rostro, tienen nombre y apellido, pero ¿por qué no conocemos el rostro, el nombre, el apellido, los hábitos y costumbres de los mexicanos que viven en la mayor pobreza extrema del país?”.
Con el apoyo de Oxfam México y de la colaboración del colectivo Cuadernos Doble Raya, se conformó un equipo, caracterizado por la sensibilidad del reportero y la mirada del fotógrafo y cineasta, que permitió retratar la miseria en los 10 estados más pobres del país.
“Cada pobreza tiene su peculiaridad; en algunos, la tierra es el factor detonante; en otros, la violencia; en otros, la migración”, explica Salvador Frausto, editor, reportero y coordinador de periodismo de investigación del diario El Universal.
Aunque el reportaje está centrado en describir la pobreza, también se encuentran historias de éxito y de gente feliz, como el caso de Claudia Catzín Aké de Yucatán, el rostro con el cual nos encontramos al mirar la portada. Esta mujer del municipio de Tahdziú, hablante de lengua indígena, costurera y de 68 años de edad, se asume como una mujer feliz “tengo una vida tranquila y mi marido es bueno…Además hay gente con situaciones más drásticas que nosotros”.
“La complejidad de la felicidad tiene que ver con sus referentes no sólo con sus recursos, entre más exposición que tengan con otros mundos crece el nivel de infelicidad por que se comparan con otros”, agrega Frausto.
La tierra no es de quien la trabaja
San Juan Cancuc en Chiapas es el municipio de mayor pobreza en el estado más pobre de México. A 4 horas en automóvil de San Cristóbal de las Casas y a 1 hora más a pie, el equipo de investigación ubicó a la persona más pobre del lugar; su nombre: Antonio López; los motivos: las plagas a los cultivos de café y chile, además de la falta de acciones que erradiquen estos fenómenos y que incentiven a los pequeños productores en un contexto mundial donde predomina el comercio injusto.
Así es como la historia de Antonio López, es una historia que se repite en muchos otros lugares y que refleja porqué la deuda con los pueblos indígenas y los productores locales sigue siendo uno de los temas principales en la infinita agenda de las actividades políticas y de los agentes de cambio. “El daño a la tierra sólo se puede corregir generando programas y tratamientos muy específicos”, agregó el coordinador de investigación del reportaje.
La investigación también encontró que para mejorar las condiciones económicas la figura del intermediario dentro de la distribución de los productos que se generan en las comunidades, necesita dar un giro: “no hay intermediarios y los que hay son abusivos, la agricultura y las artesanías se compran muy barato y se venden muy caro; esos lugares saldrían de la pobreza si hubiera reglas de juego donde los intermediarios fueran justos para llevarlos al punto de venta final y eso beneficiaría a la comunidad”, puntualizó Salvador Frausto.
El libro ya se encuentra disponible para su compra en librerías así como para su descarga en tiendas virtuales.
Comentarios Cerrados