De acuerdo al resultado del proceso electoral del 5 de julio, según conteo del IFE, la Legislatura LXI, de la Cámara de Diputados, se conformará por 237 diputados del Partido Revolucionario Institucional, constituido como la minoría mayor. No alcanzó la mayoría absoluta, se requería de 251 legisladores.
La representatividad nacional del PRI está suficientemente acreditada por haber resultado ganador en 184 distritos, de los 300 en disputa. Alcanza representatividad nacional porque tendrá diputados plurinominales de entidades donde no obtuvo triunfos distritales.
Son los casos de Baja California, dominado por el PAN; Baja California Sur, donde el PRD ganó los 2 distritos igual que en Zacatecas, allí alcanzó la victoria en los 4; Michoacán, repartido entre PRD y PAN; el Distrito Federal, igualmente repartido entre las organizaciones que ostentan la segunda y la tercera posición; Tlaxcala, entidad en la cual, los tres distritos fueron para el PAN.
Al margen de eso, consideración aparte en el desarrollo de las tareas parlamentarias merecerán los estados en los que el PRI ganó la totalidad de los distritos: Durango, Morelos (a pesar de estar gobernado por el PAN), Tamaulipas, Coahuila, Puebla, Oaxaca, Yucatán, Quintana Roo. Para un análisis más elaborado están los casos de Jalisco y el Estado de México, relevantes ambos, uno por una recuperación inesperada y el otro por un resultado difícil de prever, no es asunto menor haber ganado en 38 de 40 distritos. Desde luego, en este último caso deberá considerarse la alianza PRI-PVEM.
El PAN tendrá 143 diputados, aquí, sus dirigentes, comenzando por el propio Presidente Felipe Calderón, los politólogos, los políticos y la ciudadanía misma, tendrán que profundizar en las causas que lo llevaron a la debacle. A la pérdida de curules se une la derrota en municipios de Jalisco y el Estado México, más las gubernaturas de San Luis Potosí y Querétaro. El éxito de Sonora no alcanza a aliviar el significado de aquéllas.
¿Cuánto de eso sería atribuible al “joven rijoso”? Algo, no todo. El virtual expresidente del Comité Ejecutivo Nacional no actuaba de motu proprio. Tenía tras de sí las órdenes de quien puede darlas, y las seguirá dando. Si bien encajaban perfectamente en su perfil.
La tercera fuerza política en la Cámara de Diputados, el PRD, tendrá 71 diputados. ¿Divididos en grupos, grupúsculos o grupitos? O integrados en una unidad funcional a la cual pudieran sumarse, si así lo convienen con Andrés Manuel López Obrador, el héroe de Iztapalapa, los legisladores del PT que son 13, y los de Convergencia, 6.
¿Cómo se moverá el grupo del Partido Nueva Alianza, con 8 diputados? Seguramente según las circunstancias. No parece tener la presencia suficiente como para inclinar las decisiones parlamentarias en un sentido o en otro. Allí en todo caso tendrá que atenderse a los intereses que representa y su capacidad de negociación.
Como se puede apreciar el PRI será la fuerza dominante en la próxima legislatura. Con los 22 diputados del PVEM, tendrá mayoría absoluta, 259. La responsabilidad es mayor. Deberá responder con cabalidad a los intereses del país, si bien teniendo en cuenta el peso de los estados y de sus representantes en la Cámara. Si bien los diputados lo son por la nación y para la nación, no podrán ser omisos en la promoción de los asuntos de quienes los eligieron.
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