Los Cabos es la segunda ciudad del país con mayor porcentaje de sustitución de pescados en restaurantes, solo detrás de Ciudad Obregón en Sonora, reveló Oceana, organización dedicada a la protección de los océanos, en su más reciente estudio Gato X Liebre, Engaño en las mesas, peligro en los mares.
La organización analizó el ADN de pescados que sirven restaurantes de cinco ciudades de Baja California Sur para determinar si las especies eran las mismas que reciben las y los consumidores finales. Los porcentajes de sustitución fueron los siguientes: Los Cabos (Cabo San Lucas y San José del Cabo) 60 %, La Paz 37%; Santa Rosalía, Mulegé y Loreto 32%. En promedio, la sustitución en el estado fue de 42 %, un punto arriba de la media nacional reportada por la organización en investigaciones previas.
“La sustitución de pescados sucede por la falta de información y transparencia en la cadena de valor. En consecuencia, pagamos más por especies de menor costo; se venden pescados de importación y acuacultura como si fueran capturados en mares mexicanos, o bien, se ofrecen especies en peligro o que son producto de la pesca ilegal, sin que las y los consumidores puedan saberlo”, explicó Mariana Aziz, directora de Transparencia de Oceana en México.
Algunas de las especies más sustituidas fueron el marlín, huachinango, cabrilla, sierra y jurel. La gran mayoría se intercambió por especies locales provenientes de la pesca ribereña, tales como el verdillo, la pierna, el cochito y el cardenal.
Mariana Aziz señaló que «las especies locales de Baja California Sur satisfacen gran parte de la demanda de consumo de pescado en el estado, tienen un gran valor social, comercial y nutricional. El problema es que al no ser nombradas y reconocidas se les da poco valor en el mercado, no se pagan precios justos ni se valora el trabajo de quienes las pescan, en su mayoría pescadores y pescadoras ribereñas”.
“El gobierno de Baja California Sur tiene la oportunidad de ser un agente de cambio e impulsar en el gobierno federal la trazabilidad de pescados y mariscos para dar seguimiento al producto pesquero desde el barco hasta el plato y proteger así a las personas que viven de la pesca, al medio ambiente y a los consumidores”, concluyó Renata Terrazas, directora Ejecutiva de Oceana en México.
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