La agricultura familiar genera la mayor parte de los alimentos en la región, especialmente la que se destina a los mercados internos, pero la pobreza afecta a casi la mitad de los habitantes rurales de América Latina y el Caribe, señaló la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que señaló que en América Latina y el Caribe hay 16,5 millones de explotaciones de agricultura familiar: cerca del 80% del total.
Con más de 60 millones de personas ocupadas, este sector constituye la principal fuente de empleo agrícola y rural, pero también concentra importantes índices de hambre y pobreza. El Representante Regional de la FAO, Raúl Benítez, a los ministros de la CELAC reunidos en República Dominicana, dijo que “para erradicar el hambre en la región debemos fortalecer la agricultura familiar y crear sistemas agroalimentarios inclusivos”.
Indicó que “debemos impedir que quienes producen nuestros alimentos estén entre los que más sufren hambre y pobreza en la región”, y destacó que el Plan de seguridad alimentaria de CELAC llama a los países a mejorar los mercados de trabajo y dar fuerte apoyo a la agricultura familiar.
Cabe mencionar que la CEPAL estima que el 46% de la población rural de la región vive en pobreza y casi un 28% en pobreza extrema. A modo de comparación, en las zonas urbanas los niveles de pobreza y pobreza extrema alcanzan un 24% y un 8%, respectivamente.
Los agricultores y agricultoras familiares registran alguno de los mayores niveles de incidencia de la pobreza en la región: a principios de la década de 2000, más del 80% de los hogares pobres en Bolivia, Honduras y Nicaragua eran hogares pobres dedicados a la agricultura familiar.
Sin embargo, la FAO destacó que a partir de 2012, ocurrió una disminución de la pobreza en las categorías vinculadas a la agricultura en la región, si bien con importantes diferencias entre países. En el caso de los trabajadores agrícolas por cuenta propia la pobreza se redujo sobre todo en Chile y el Brasil, países reconocidos por sus políticas de apoyo e inclusión de la agricultura familiar.
En el marco del plan de seguridad alimentaria de la CELAC, la FAO y la Asociación Latinoamericana de Integración, ALADI, están apoyando a cooperativas y asociaciones de agricultores familiares a que internacionalicen sus productos.
Mencionó que “muchas veces la agricultura familiar puede reunir todas las condiciones necesarias para exportar sus productos, pero al no tener el apoyo necesario necesaria, los mercados exteriores parecen inalcanzables”.
Según la FAO, el fortalecimiento de las capacidades de producción y organización en la agricultura familiar, así como su participación en los mercados a distintas escalas, son clave para que la región transite hacia sistemas alimentarios inclusivos que contribuyan a una nutrición adecuada. “La agricultura familiar tiene el potencial de comercializar productos frescos o procesados, pero manteniendo su calidad nutricional”, explicó.
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