Sustentabilidad

Maíz mexicano, en proceso de erosión genética

De acuerdo a un estudio del Colegio de México (Colmex), el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), Desarrollo y Alimentación Sustentable y la Universidad de California, el maíz mexicano ha sufrido una rápida pérdida de diversidad en los últimos años, debido a un fenómeno denominado erosión genética, lo que impedirá mantener el rendimiento del cultivo ante el Cambio Climático.

Dicha investigación, a cargo de George Dyer, indica que al analizar cambios en la diversidad del maíz cultivado por mil 725 agricultores mexicanos durante la primera década del siglo, encontraron que el número de variedades maiceras sembradas se redujo considerablemente en tan sólo cinco años.

La pérdida de diversidad fue observada alrededor de México y, aparentemente, no constituye un fenómeno pasajero. Estos cambios ponen en riesgo la seguridad alimentaria y las estrategias de adaptación al Cambio Climático en zonas rurales del país y, eventualmente, podrían propiciar la emigración del campesinado; de ahí, la necesidad de analizar la viabilidad de proyectos como son el maíz transgénico (OGM) en el campo mexicano.

Abrirá reforma al campo Caja de Pandora de los OGM
México apenas invierte en el campo 0.7% del PIB -8 mil 200 millones de dólares-, e importó maíz –principal alimento nacional- en 2012 por alrededor de 35 mil millones de pesos, lo que conlleva a que en las discusiones de la Reforma al Campo, además de discutir la mejora de la eficiencia agropecuaria, el tema de los organismos genéticamente modificados (OGM) esté en la mesa de las discusiones.

De acuerdo a la Secretaría de Agricultura (Sagarpa), van por buen camino los avances de las mesas de diálogo en materia agropecuaria, agricultura, ganadería, tenencia de la tierra, cultivos, uso sustentable del agua, energía utilizada en campo, etc., previendo que estas iniciativas se presenten en el siguiente periodo ordinario del Congreso de la Unión.

Datos oficiales informan que México consume 32 millones de toneladas métricas de maíz, de las cuales importa 6.9 millones, una quinta parte por falta de productividad agrícola, afectaciones climatológicas, desgaste de tierras y avance de mancha urbana, entre otros factores, que requieren se detone la eficiencia en el campo nacional.

Sobre el tema de los OGM se estima que se presentarán diversos cambios legales.

Al respecto, Francisco Bolívar Zapata, encargado de la ciencia y tecnología de la Presidencia de México, dijo a Mi Ambiente que “estamos trabajando en dar la evidencia para sustentar el bajo riesgo de estos organismos y los beneficios que dan los OGM. Está en discusión y la Sagarpa ya tiene foros de discusión para escuchar todas las opiniones en tecnologías aplicables al campo, lo cual incluye a los OGM”.

Con lo cual, recalca la postura dada a conocer en diversos foros en que el titular de ciencia de la Federación apoya a este tipo de avances biotecnológicos y que se incluirá en los análisis de la Reforma al Campo, discusiones en los que la oficina de ciencia de Presidencia se enfocará a difundir la inexistencia de daños a la salud humana por el consumo de OGM.

La legislación mexicana permite el uso de transgénicos, pero una demanda colectiva impide el uso del maíz OGM a nivel experimental, y “mientras no se resuelva, estamos atorados”, indicó el también investigador de la UNAM.

De acuerdo a cifras de la Unión Europea, el uso de OGM en el mundo ha permitido que se dejen de usar 442 mil toneladas de insecticidas, ahorro en emisiones de dióxido de carbono lo equivalente a sacar de circulación de forma permanente unos 9 millones de vehículos, ahorros de 17% de agua en campos agrícolas y crecimiento de un 20% en producción de productos en países que han adoptado los OGM.

En dicha materia se tiene la Ley Nacional de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados aprobada en 2005, pero que por diversas circunstancias ha sido tanto modificada como no aplicada en campo y para Bolívar Zapata, el reglamento de la misma “es una ley con un marco razonable, pero también desde mi punto de vista particular, el reglamento tiene algunos elementos de exceso que se podrían simplificar. Pero hay que verlo de manera cuidadosa para el proceso de la reforma de campo”.

Ramón Muñoz, presidente de la Comisión de Investigación, Innovación y Desarrollo Tecnológico de la COPARMEX, declaró a Mi Ambiente que la reforma al campo debe tener la innovación como eje transversal y más cuando en este aspecto es un elemento de productividad como del PIB nacional y, más cuando el campo tiene grandes rezagos.

Indicó que “este es un tema discutible -OGM- en la reforma al campo, y desde mi punto de vista soy partidario que se discuta, pues basta que veamos lo que pasa en el mundo; ya que estamos rezagados en la materia a diferencia de países que tienen 30 años de avance. Recordó el caso del algodón OGM que tiene años de cultivarse en México y ha podido establecerse como una gran industria y que hoy en un 90% está sustentado en el algodón OGM ya que toda tradición debe ser innovada para seguir siendo tradición”.

Aunado a que los OGM y eficiencia agropecuaria no debe dejar de tener un enlace con el uso sustentable de insumos y el Cambio Climático, según la Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) este fenómeno propiciará grandes cambios en productividad de la tierra en próximas décadas, con diversas consecuencias como es la disminución en un 50% de las cosechas de frutas, cereales, verduras y nueces, de ahí la importancia de saber que tanto los OGM coadyuvan en la producción de alimentos.

Análisis que no debe ser motivo para ampliar la frontera agrícola con afectaciones a los ecosistemas, sumados a una mejor política de distribución de los alimentos que en la actualidad a nivel global, ya que 30% de la comida se desperdicia por mala logística de distribución lo que demanda sistemas agrícolas más productivos y eficientes, que puede estar supeditado con uso de diversos sistemas biotecnológicos que coadyuven en esta finalidad.

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Por su parte, Antonio Turrent Fernández, presidente de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS), sostiene que la reforma al campo no debe legalizar el cultivo de OGM con fines de venta, ya que se pondría en riesgo no sólo la salud humana, también la actividad campesina y de paso las cerca de 60 razas nativas de maíz que hay en el país, considerado centro de origen de esta semilla.

El investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), ha basado sus declaraciones en que el permitir el cultivo de transgénicos con fines de comercialización, entregaría el campo a las multinacionales —como Monsanto o Bayer— pues éstas tendrían la facilidad de producir y vender sus propias semillas transgénicas, que se traduciría en la quiebra de pequeños productores mexicanos, cuyas semillas normales o criollas se contaminarían y tendrían que pagar la patente a las empresas.

Desarrollo social del campesinado

José Sarukhán, comisionado nacional de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), en la conferencia “El Futuro de la Comida”, declaró que la agricultura es el peor enemigo de los ecosistemas, cosa que es natural, declaró y que la agricultura tecnificada es insustentable y no viable económicamente en la realidad.

Este costo ecológico apenas es incorporado en las economías, aunado a tomar en cuenta que ninguna nación por si sola podrá resolver su soberanía alimentaria. Aunado a que si bien existen diversas alternativas tecnológicas y biotecnológicas, estos sectores aún no son capaces de reproducir en 100% los procesos naturales de diversidad genética que ha realizado el campesinado a lo largo de miles de años.

Declaró a Mi Ambiente que la coexistencia de los maíces criollos y OGM, “no es posible mientras no tengamos sistema de monitoreo sobre qué pasa en los materiales transgénicos que deben estar en áreas muy determinadas, a cargo de las empresas no del gobierno. Sobre la reforma al campo declaró que más que analizar los OGM debemos tener las bases de una agricultura fuerte con apoyos a los campesinos más que otra cosa”.

A este respecto, en días pasados, la empresa Monsanto lanzó la convocatoria 2014 de “Semillero del Futuro”, que financia proyectos de inversión social a favor de comunidades rurales, con una bolsa de ayuda de 250 mil dólares, a distribuir. Este programa busca impactar a comunidades rurales de menos de 100 mil habitantes en Chiapas, Guanajuato, Hidalgo, Nayarit y Oaxaca en proyectos que mejoren sus condiciones de vida, desde tres perspectivas: capacitación no formal, desarrollo e innovación para el campo y empoderamiento comunal.

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LA IMPORTANCIA DE LA BIOTECNOLOGIA PARA MÉXICO

Por su parte, al ser entrevistado por Mi Ambiente, Rodrigo Balam Muñoz, Director Asociado de la Carrera de Ingeniería en Biotecnología del ITESM CCM; indicó que la biotecnología entre sus mayores provechos es el contar con vegetales que se siembren en tierras antes catalogadas como estériles. De ahí que estime que el anunció de que las fundaciones Gates y Carso anunciaran sus apoyos al CIMMYT, estimó que este sitio es un centro de investigación internacional. Por ello, resulta muy importante que las fundaciones de dos de los hombres más ricos de este planeta financien los proyectos de investigación de este centro.

De primera mano, este centro cuenta con los bancos de variedades de semillas más importantes en el mundo. La ventaja de contar con este centro en México es que las variedades mejoradas se pueden probar en el campo nacional y buscar su distribución a lo largo del territorio. Sin embargo, es importante que estas noticias lleguen a los productores y que los despachos de las secretarías compartan la información para que realmente exista una sinergia que impulse el campo mexicano.

Ahondó en que la biotecnología en México puede decirse que ronda las tres y casi cuatro décadas de historia, a lo largo de este tiempo diversas instituciones como el instituto de Biotecnología de la UNAM, la UPIBI y el Cinvestav del IPN, la UAM y el propio ITESM han formado y cuentan con una importante cantidad de científicos, profesores y estudiantes que constituyen el recurso humano con que el país puede contar para lograr esta soberanía alimentaria. Y no sólo alimentaria sino en materia de salud y de reutilización de recursos; pero en donde su impacto es mínimo, lamentó.

MÉXICO AVANZA EN ADOPCIÓN DE LOS OGM: ISAAA

De acuerdo al Servicio Internacional para la Adquisición de las Aplicaciones Agro-biotecnológicas (ISAAA por sus siglas en inglés), los beneficios de los OGM a nivel nacional para el año 2010 fueron de 19 millones de dólares y en 2011 la producción de cultivos OGM de Brasil, Argentina, China, India y Sudáfrica, incrementó casi al 50%, lista en la cual México ganó un lugar en la escala comparativa de países que han adoptado la biotecnología agrícola.

Según, Clive James, director de ISAAA, “la adopción mundial de biotecnología agrícola continúa a la alza al plantar en 2011 un total de 160 millones de hectáreas (12 millones de hectáreas adicionales), lo que representa un incremento del 8% respecto del año anterior”, puntualizó. De igual forma, este año se alcanzó una cifra récord de 16.7 millones de agricultores que han adoptado el uso de esta tecnología para mejorar sus cultivos.

En el caso de México la adopción de cultivos biotecnológicos se ha visto favorecida en el caso de algodón y soya, mejorando los ingresos agrícolas por 121 millones de dólares acumulados en el período de 1996 a 2010. Durante 2011 se alcanzó un promedio de 175,500 hectáreas de estos cultivos, lo que representó un incremento del 146% en comparación con 2010, se informó en comunicado de prensa.

“Los avances en materia de biotecnología agrícola traerán también un importante beneficio económico para el país. México importa 10 millones de toneladas de maíz por año a un costo promedio de hasta 2.5 miles de millones de dólares; con la adopción de biotecnología agrícola, este monto podría aprovecharse para apoyar el desarrollo del campo mexicano y que estos recursos se quedaran en territorio nacional” destacó Clive James.

COADYUVARÍAN OGM EN CONTROL DE EMISIONES

Las estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sobre los gases de efecto invernadero (GEI) muestran que las emisiones procedentes de la agricultura, silvicultura y otros usos de la tierra en la región se han duplicado en los últimos cincuenta años y seguirán aumentando si no se lleva a cabo un esfuerzo mayor para reducirlas.

Lo cual puede ser controlado con base al uso de sistemas tecnológicos (donde cabría la biotecnología y los OGM, sistemas de mejora productiva de cultivos, control de la franja de tierra agrícola, etc.). Según la base de datos de la FAO, las emisiones agrícolas en la región latinoamericana crecieron de 388 millones de toneladas de equivalentes de dióxido de carbono* (CO2 eq) en 1961, a más de 900 millones de toneladas en 2010. Las emisiones netas forestales y las asociadas mostraron una fuerte disminución en los últimos años, quedando en promedio alrededor de unos 1500 millones de toneladas durante el 2000.

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