Sustentabilidad

Marzo 8: celebra Inmujeres derechos de féminas

El 8 de marzo de 1857, en Nueva York, trabajadoras de la fábrica Textilera Cotton realizaron una gran protesta para reclamar mejores condiciones laborales y reducción de la jornada laboral. La brutal represión policiaca contra ellas dejó un saldo de 120 muertas, unas por disparo de armas de fuego; otras, por incendio provocado en las instalaciones de la fábrica. Ese mismo día hubo el funeral masivo de las víctimas, convirtiéndose en una de las manifestaciones más grandes sucedidas en esta ciudad norteamericana.

Protesta en 1857 por parte de trabajadoroas de la fábrica Cotton.

Protesta en 1857 por parte de trabajadoroas de la fábrica Cotton.

En la conmemoración del Día Internacional de la Mujer se reconocen los avances logrados en la institucionalización de políticas con perspectiva de género y los retos que prevalecen para su implantación transversal en los tres órdenes de gobierno.

El Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) se creó con el objeto de promover y fomentar las condiciones que posibiliten la no discriminación, igualdad de oportunidades y de trato entre mujeres y hombres; el ejercicio pleno de todos los derechos de las mujeres y su participación equitativa en la vida política, cultural, económica y social del país.

El presupuesto para tal igualdad ha sido herramienta que ha materializado los preceptos legales y normativos de igualdad. En el Anexo 12 del PEF 2014 se asignaron 22,341.1 millones de pesos, 218 por ciento más que lo asignado en el Anexo 9A del PEF 2008, año en que, por primera vez, se etiquetó presupuesto.

FACTORES DE DESIGUALDAD Y LOGROS DE GÉNERO
Entre los factores más representativos de desigualdades de género se encuentran la educación, trabajo –remunerado y no remunerado- y, con mayor relevancia, violencia de género.

Entre los principales logros y retos para la política de igualdad destacan:

  • Avances continuos en la educación. Ha habido un aumento en el alfabetismo de mujeres y hombres y una reducción importante en las brechas por sexo, situación observada también en la asistencia escolar, especialmente entre la población de 13 a 19 años de edad.
  • Participación económica de las mujeres en aumento e incrementado de su contribución a la economía de los hogares. Si bien esto puede responder, en algunos casos, más a necesidades económicas para solventar los gastos en los hogares que a una decisión propia de autonomía de las mujeres, ha contribuido al bienestar económico de los hogares y abierto la oportunidad de su participación en la sociedad, fuera del ámbito doméstico.
  • -Según el Banco Mundial, más de 70 millones de mujeres se han unido a la fuerza laboral de la región Latinoamérica y el Caribe durante los últimos 20 años y los ingresos de las mujeres han ayudado a mitigar la pobreza extrema en la región en un 30 por ciento, demostrando que la igualdad de género es crucial para el crecimiento económico.

Las mujeres tienden a recibir bajos salarios y tener menos ocupaciones; una de cada ocho mujeres con empleos trabaja en servicios domésticos. Asimismo, debido a que las mujeres cargan con responsabilidades familiares desproporcionadas, por lo general, se pasa por alto su promoción y, como consecuencia, no son lo suficientemente representadas en puestos ejecutivos. Estas desventajas evitan que avancen en sus compañías o que abran y hagan crecer sus propios negocios; se estima que las mujeres dirigen 23 por ciento de las pequeñas empresas, aunque tan sólo 9 por ciento de las grandes empresas.

La incipiente, pero cada vez mayor participación de hombres en tareas domésticas, representa una oportunidad para reducir la desigual carga total de trabajo entre ambos sexos.

PARTICIPACIÓN DE LA MUJER EN LA POLÍTICA
En México, en 1996 se instrumentaron las primeras acciones afirmativas para abatir los rezagos en la participación política de las mujeres con el establecimiento de cuotas de género para candidaturas al Congreso de la Unión, que han influido en la actual representación femenina que ya supera el porcentaje internacional recomendado de 30 por ciento.

En el tema de violencia de género, un logro importante radica en que se ha logrado dejar de ver el problema como cuestión perteneciente al ámbito privado y ha pasado a ser reconocido como problema público que merece la atención del Estado. Por ello, México han implementado diversas leyes y acciones de política pública que buscan visibilizar y abatir este fenómeno.

RETOS QUE ENFRENTAR
En tanto, muchos de los retos que se vislumbran continúan guardando correspondencia con los que se plantearon desde la creación de los primeros programas dirigidos a la igualdad de género:

  • Es importante seguir trabajando en materia de alfabetización, ya que persisten grandes rezagos entre la población indígena, particularmente para las mujeres, y las brechas por sexo son todavía muy amplias.
  • Si bien los rezagos educativos han disminuido e incrementado las oportunidades de las mujeres para incorporarse a sistemas de educación universitaria y postuniversitaria, es importante contrarrestar la segregación por carreras.
  • Seguir trabajando para garantizar el acceso de la población a servicios integrales de salud con calidad y reconocimiento de las necesidades diferentes de mujeres y hombres. El rezago social y falta de servicios de salud apropiados es uno de los principales responsables de las altas tasas de mortalidad materna, lo que imposibilita lograr la meta de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
  • Promover modelos más equitativos de distribución de tareas domésticas y extradomésticas entre mujeres y hombres en todas las etapas del ciclo de vida. Es importante revalorar tanto del rol de las mujeres en el desarrollo económico, social y cultural del país, como en el rescate de la función social del trabajo no remunerado en los hogares.
  • Combatir la pobreza, poniendo énfasis en las necesidades de las mujeres y en los hogares encabezados por ellas.
  • La violencia de género sigue siendo un reto para las políticas públicas, por lo que deben reforzarse los programas de prevención, atención y sanción a los agresores, así como la reparación del daño, con especial atención a mujeres indígenas, grupo donde el problema toma diferentes matices debido a percepciones culturales y específicas sobre violencia, dado su entorno y las condiciones de desigualdad en el contexto nacional.
  • Se requieren esfuerzos aún mayores para incidir en los patrones culturales de la población y en el funcionamiento de las instituciones para erradicar la violencia de género y ejercicio desigual del poder.
  • Es preciso promover la mayor participación femenina en todos los niveles de cargos de decisión política y toma de decisiones para potenciar el capital humano a favor de una sociedad más igualitaria.

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