Para especialistas, como Rene Druker, secretario de Ciencia, Tecnología e Innovación del DF, invertir un peso en ciencia y tecnología equivale a una ganancia de 4 pesos, brindando mayor oportunidad para el desarrollo sostenible de la sociedad; es decir, que se puede alcanzar una ganancia de 300% de dichas inversiones lo que permite mayor y adecuada mitigación del Cambio Climático como adopción de una economía verde y sostenibilidad, situación que hace imperante cambiar los apoyos oficiales a este tipo de desarrollo humano.
Sin embargo, dicha visión no se aplica en la realidad mexicana y se refleja en el mismo presupuesto del sector ambiental mexicano que registra una disminución de 20% en el acuerdo a la ley de Cambio Climático, Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) que rige los estudios de economía verde del país, aunado a que el Programa Especial de Cambio Climático quedó fuera del presupuesto.
La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) indicó que en 2010, el costo de la degradación ambiental y del agotamiento de los recursos naturales en México representó el 7% del PIB y atender este tipo de retos requiere implementar estrategias de crecimiento que incluya inversiones en infraestructura en Medio Ambiente.
En concordancia con lo anterior, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) sostiene que el crecimiento y la economía verde deben responder a la nueva agenda social y unificar al desarrollo económico actual que está disasociado de lo verde y en México esto cuesta al año no crecer en un 0.35 del PIB por daños ambientales.
En entrevista con Mi Ambiente, Julián Mora, profesor convidado del ISCSP de la Universidad Técnica de Lisboa, comentó que debe tenerse mucho cuidado respecto al uso del concepto de sustentabilidad, que va desde el ecologista hasta el economicista (todo en pro del desarrollo, pues sin economía no hay equidad).
Esto debido a qué tan cerca o lejos está el desarrollo económico verde de los países en vías de desarrollo, como México, señaló que “el Desarrollo Económico Verde» sólo puede darse en momentos de bonanza y en sociedades con un Estado del bienestar muy avanzado, pues cuando existen grupos sociales que tienen precariedades o corren riesgo de exclusión social (desempleados, indígenas, etc.), junto a la falta de accesibilidad a la educación, a la sanidad y una deficiente infraestructura de transportes, comunicaciones y telecomunicaciones, es complicado comprometer recursos para lo «verde».
Dijo que “en cuanto, a las inversiones «verdes» como panacea y base del desarrollo sostenible, tampoco parece que haya acuerdo ni académico ni político, ya que en estos momentos en Europa, con la llegada de la crisis, se han paralizado muchísimas inversiones en sectores de la economía verde porque su producción aún no es rentable para competir con las tradicionales”.
Ello ha provocado que los usuarios sufran subidas permanentes en los recibos de la luz y no hay una decisión clara que permita afirmar que los ciudadanos estarían dispuestos a seguir pagando más impuestos para primar a las instalaciones de energías renovables amortizables a medio y largo plazo. El debate es: ¿pagar más ahora por la «sostenibilidad» o pensar en el futuro?.
Sobre este tenor y la necesidad de girar el desarrollo con base a una economía verde, el Informe Galindo, difundido por la Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat), indica que los costos económicos del CC para México en próximas décadas será de 6.22% del PIB y de seguir actuando en mitigación de emisiones en un 50% de las registradas por México los impactos en la economía nacional serían del 2.21% del PIB.
Dolores Barrientos, representante del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en México, comentó a Mi Ambiente que naciones como México no han entendido aún valorar que las inversiones verdes y el valor del capital natural es primordial para la sostenibilidad de la sociedad y sus componentes. “Todavía no se entiende el valor del capital natural, México poco a poco va asimilando la valoración de la Naturaleza en actividades económicas, por ejemplo porqué se pierden los manglares, los bosques, porque no hay valoración económica y cuando son deforestados por una empresa o una comunidad, debe saberse cuál es el costo económico que esto representa”, dijo.
Señaló que “México en la actualidad trabaja en un reporte de economía verde para el análisis de 7 sectores económicos que representan el 50% del PIB y del 50% de la generación del empleo, estudio a cargo de la Semarnat, PNUMA, BID, OIT, PNUD, ITESM y TNC para conocer y hacer propuestas de políticas verdes”.
Necesidad de una banca verde
De acuerdo a información dada a Mi Ambiente por el Banco Compartamos, en relación a este tema indica que: “En nuestra experiencia, es necesario participar en acciones a favor del Medio Ambiente. En esta institución es parte fundamental de nuestro modelo de sustentabilidad, ejemplo de ello es que desde el 2006 hemos fomentado reforestaciones y desde el 2011 hemos adoptado más de 10 hectáreas en las faldas del Nevado de Toluca para su reforestación, asimismo, una parte del 2% de nuestras utilidades netas se destina a inversiones en acciones ambientales, tanto en el interior de la institución como en las comunidades donde tenemos presencia, y estamos en acorde a estándares de sustentabilidad internacionales que contemplan lineamientos en este rubro.
Falta congruencia en palabras y hechos: Senado
La presidenta de la Comisión Especial de Cambio Climático del Senado, Silvia Guadalupe Garza Galván, declaró a Mi Ambiente que es preocupante que este tema –el CC- que es lanzado a nivel mundial en la asignación de presupuesto e inversiones México no es congruente en el discurso y los hechos, ya que se pasó de 13 dependencias federales que aportaban recursos al Fondo Climático que se bajó a 9 de ellas y esto nulifica la posible adopción de una economía verde, que es el objetivo para el futuro. “Cuando tengamos conciencia en el Ejecutivo y Legislativo de lo que decimos y lo que hacemos podremos impulsar un fondo de cambio climático nacional para la mitigación, adaptación y fomento de una economía verde”, enfatizó.
Y LOS IMPUESTOS VERDES; SON O NO SOLUCIÓN
En este tema tan polémico que ha provocado problemas entre China y la Unión Europea como Estados unidos, por el cobro de las emisiones en productos, en la publicación “El Cambio Climático: causas, efectos y soluciones”, dirigido por Julia Carabias, Mario Molina y José Sarukhan, se indica que este tema es muy polémico porque: las emisiones de CO2 son una externalidad que requiere de políticas que desincentiven su generación y que la formalización de los impuestos ambientales, requieren de un sistema de límites y permisos para reducir las emisiones son: si el gobierno establece un impuesto sobre las emisiones, la industria sabe qué precio tendrá que pagar, pero el gobierno no sabe cuántas emisiones se generarán; por otra parte, si el gobierno impone un límite, conoce la cantidad de emisiones, pero los que contaminan no saben cuál será el pecio de cada tonelada que emitan.
Además que para la OCDE, la internalización de los costos ambientales en el sistema de precios es un prerrequisito para abordar el cambio climático y otros problemas ambientales. Ampliar el uso de impuestos relacionados con el medio ambiente y reformar los subsidios perjudiciales para éste podrían contribuir a lograr este objetivo. Eso también ayudaría a reequilibrar la estructura fiscal de México elevando los impuestos no petroleros y ampliando la base tributaria.
COMPRAS VERDES, ARRANQUE DE UNA ECONOMIA VERDE
En entrevista con Mi Ambiente, el secretario de medio ambiente del estado de Veracruz, Víctor Alvarado Martínez, señaló que la economía verde puede ser un impulsada desde los gobiernos en primera instancia con la concordancia de sus requerimientos en insumos que deben venir de cadenas de venta verdes; expuso el caso de su entidad que junto con el Centro Mexicano de Derecho Ambiental colaboran en un proyecto a nivel estatal para compras verdes. “El mismo –proyecto- se busca tenga repercusión inmediata en la responsabilidad sustentable del estado, gracias a contar con una economía que este alineada a todo lo que es el sector empresarial, porque es el gobierno el motor más importante en términos económicos de aprovisionamiento de materiales y recursos, exigiendo insumos verdes estaremos fomentando una obligatoriedad a lo sostenible”, señaló.
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