En un esfuerzo continuo por abordar los desafíos ambientales, la industria de la moda está dando pasos significativos hacia la sostenibilidad. La adopción de prácticas de moda sostenible no solo beneficia al medio ambiente, sino que también presenta una serie de ventajas económicas y sociales a corto, mediano y largo plazo.
Sin embargo, el panorama actual de la moda es bastante preocupante. De acuerdo con un informe de la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo, la industria de la moda es la segunda más contaminante del mundo.
Cada año se tiran al mar medio millón de toneladas de microfibra, lo que equivale a tres millones de barriles de petróleo, y el rubro del vestido utiliza 93 millones de metros cúbicos de agua, un volumen suficiente para satisfacer las necesidades de cinco millones de personas y afirman que “el modelo dominante en el sector es el de la ‘moda rápida’ o fash-fashion, que ofrece a los consumidores cambios constantes de colecciones a bajos precios y alienta a comprar y desechar ropa frecuentemente, además, la industria de la moda produce más emisiones de carbono que todos los vuelos y envíos marítimos internacionales juntos, con las consecuencias que ello tiene en el cambio climático y el calentamiento global según la ONU.
Según Mireia González Lara, Codirectora del Máster de Creación y Dirección de Marcas de Moda de ESDESIGN, perteneciente a Planeta Formación y Universidades, “a pesar de que la moda ha avanzado mucho y es parte de las estrategias de la mayoría de las marcas, todavía queda trabajo por hacer. Para marcas pequeñas, competir en precio es difícil, especialmente si intentan ser sostenibles, y como consecuencia aumentan los costos. En grandes empresas, el modelo empresarial suele centrarse en la globalización y reducir costos, lo que dificulta la adopción de prácticas sostenibles”.
No obstante, un actor clave tiene el poder de decidir y crear conciencia sobre el impacto de la moda, los consumidores, que según González, “están cada vez más interesados en consumir más sosteniblemente, especialmente los jóvenes, los cuales están optando mayoritariamente por la moda vintage ante la estupefacción de la industria, la cual no sabe muy bien cómo reaccionar a estos nuevos patrones de compra”. afirma González.
Estas son algunas de las ventajas de acceder a una moda sostenible según la experta:
Ventajas a corto y largo plazo
Las ventajas inmediatas son claras: en primer lugar, impactan positivamente en el medio ambiente y también benefician a las personas involucradas en su producción, especialmente si son más amigables con ellos. Además, nos hace sentir como profesionales que nuestro trabajo tiene un impacto positivo en la sociedad.
Por otro lado, los consumidores experimentan beneficios al elegir prendas de mejor calidad, lo que aumenta su durabilidad. Esto nos conecta más con la moda como expresión personal, en lugar de verla simplemente como un consumo rápido y desechable.
Es evidente que el actual modelo de consumo y producción de ropa no es sostenible. Con el continuo crecimiento de la población mundial, el consumo y la consecuente acumulación de residuos se vuelven cada vez más insostenibles. La moda sostenible, especialmente aquella que es biodegradable y se basa en principios de consumo circular, representa la única oportunidad viable para salvar nuestro sector en términos medioambientales.
Además de la legislación, que es crucial, creo que las marcas enfrentarán la interrogante de sus consumidores, quienes están volviéndose cada vez más expertos en moda sostenible. Veremos la emergencia de nuevos modelos de negocio, como el intercambio de moda entre particulares (fashion sharing) y la reventa (re-selling), algo que ya están adoptando muchas marcas, como Zara. Además, muchas de estas apostarán por el upcycling y el uso de tejidos muertos (dead stocks).
5 claves para ser un consumidor de moda sostenible
Investigar y elegir marcas sostenibles: Antes de hacer una compra, investiga las prácticas de sostenibilidad de las marcas. Busca marcas que utilicen materiales orgánicos, reciclados o de origen sostenible, y que se comprometan con prácticas éticas de fabricación.
Comprar menos y elegir mejor: En lugar de seguir las tendencias rápidas de la moda, opta por prendas de alta calidad y atemporales que puedas usar durante mucho tiempo. Esto reduce la cantidad de ropa que compras y disminuye tu huella ambiental.
Reutilizar y reciclar: Considera la posibilidad de comprar ropa de segunda mano o intercambiar prendas con amigos y familiares en lugar de comprar nuevas. Cuando sea posible, recicla la ropa que ya no uses en lugar de tirarla a la basura.
Cuidar tus prendas: Al cuidar adecuadamente tus prendas, como lavarlas en agua fría, secarlas al aire y repararlas cuando sea necesario, prolongas su vida útil y reducirás la necesidad de comprar ropa nueva con tanta frecuencia.
Educarse sobre la moda sostenible: Toma el tiempo para informarte sobre los problemas ambientales y sociales asociados con la industria de la moda, así como sobre las prácticas sostenibles que pueden marcar la diferencia. Al entender mejor estos temas, podrás tomar decisiones más conscientes como consumidor.
Por último, el uso de IA (Inteligencia Artificial) nos ayudará también a ser más sostenibles, ya que podremos organizar mejor nuestras producciones y comprar más inteligentemente. En general la tecnología, con la realidad aumentada, nos proveerá de productos que podremos vender antes de fabricar, lo que reducirá notablemente nuestros stocks” concluye la experta.
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