En México ocurren 17 mil 700 muertes al año relacionadas con la mala calidad del aire que podrían evitarse si las normas mexicanas fueran más estrictas y se ajustaran a los valores que sugiere la Organización Mundial de la Salud (OMS), manifestó Greenpeace durante una jornada de sensibilización e información en avenidas principales de Guadalajara, Querétaro, Monterrey, Mérida, Puebla y la Ciudad de México.
Esta actividad se realizó para sumar el apoyo de la ciudadanía a la demanda de amparo que inició un grupo de niños en contra de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) en la que exigen un ajuste inmediato en las normas de calidad de aire para que sean más protectoras con la salud de la población, petición que la autoridad hasta ahora no ha resuelto.
“La contaminación del aire nos afecta a todos y todas. Es indispensable respaldar y apoyar la solicitud de niños y niñas que con su demanda nos están enseñando que respirar aire contaminado no es normal y debemos levantar la voz para evitar que esto siga afectando nuestra salud y la de las generaciones futuras. Seguimos invitando a la gente a que se sume en www.calidaddelaire.org”, señaló Carlos Samayoa, campañista de transporte de Greenpeace México.
En la Ciudad de México, al tiempo que los integrantes de la organización ambientalista repartieron información entre automovilistas, además se realizó una medición a nivel de calle de la concentración de ozono, dióxido de azufre y dióxido de nitrógeno y en tiempo real de partículas suspendidas PM 2.5, una de las más dañinas para la salud humana que pueden provocar, entre otros, incremento en las tasas de bronquitis y reducción en la función pulmonar.
De acuerdo con la Estrategia Nacional de Calidad del Aire (ENCA) 2017-2030, pese a que actualmente las Normas Oficiales Mexicanas de calidad del aire son más permisibles que los valores sugeridos por la OMS aun así se rebasan en varias ciudades del país. Este mismo documento reconoce que si las normas nacionales adoptaran los índices recomendados por la Organización Mundial de la Salud, podrían prevenirse 2 mil 170 muertes prematuras asociadas a la exposición de partículas suspendidas menores a 2.5 micras (PM 2.5), sólo en la Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara.
El Informe Nacional de Calidad del Aire del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático de 2016 señala que de todas las ciudades del país donde se monitorea la calidad del aire, y donde los datos fueron lo suficientemente confiables como para hacer una estimación, 43 urbes rebasaron los límites permisibles en la norma de ozono. Los 10 primeros sitios estuvieron ocupados por: Ciudad de México, Pachuca (Hidalgo), Tulancingo (Hidalgo), Irapuato (Guanajuato), Salamanca (Guanajuato), Atitalaquia (Hidalgo), Atotonilco (Hidalgo), Zacatepec (Morelos), Minatitlán (Veracruz); el décimo sitio está empatado por Saltillo (Coahuila), Tizayuca (Hidalgo) y Guadalajara (Jalisco).
En la Zona Metropolitana del Valle de México, durante la temporada de días calurosos, soleados, con pocas nubes y viento se favorece el incremento de los niveles de ozono, lo que limita las actividades al aire libre y cuyo impacto a la salud va desde irritación e inflamación de las vías respiratorias y los pulmones, que a su vez pueden provocar reducción en la capacidad pulmonar, asma, y diversos padecimientos e infecciones respiratorias.
“Se habla mucho de la temporada de ozono y las contingencias en la Ciudad de México porque es la ciudad del país donde históricamente se ha estudiado más este fenómeno y en consecuencia hay mayores medidas para alertar a la población, así como para reducir la cantidad de automóviles y la actividad de las industrias, pero eso no significa que en otras ciudades del país se cumplan con las normas nacionales de niveles máximos de ozono, y que sus habitantes no sufran el impacto de altos niveles de este gas tóxico en el ambiente. Los periodos del año con mayores concentraciones de ozono pueden variar en cada ciudad, dependiendo de las fuentes de emisión, las condiciones climáticas y orográficas”, puntualizó Carlos Samayoa.
“Es urgente que Cofepris ponga atención en este tema, y reconozca que se trata de una emergencia. Seguimos exigiéndole que atienda la demanda de los niños y niñas y las miles de personas que les han dado su apoyo para evitar más muertes e impactos a la salud de la población en todo el territorio nacional”, concluyó el activista
Comentarios Cerrados