Para mitigar la pobreza y el hambre en el país se requiere de una política del campo que apoye la agricultura sostenible, que destine la mayor parte de los recursos a la economía agraria y que rescate la cultura campesina, aseveró Rafael Calderón Arozqueta, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Dijo que se tiene un alto grado de dificultad porque habrá que enfrentarse con problemas como el narcotráfico y el deterioro que han provocado los diferentes programas oficiales implementados desde la instalación del neoliberalismo: Soberanía Alimentaria, Solidaridad, Pronasol, Progresa y Oportunidades, entre otros.
El investigador del Departamento de Producción Agrícola y Animal de la Unidad Xochimilco de esta universidad ubicada en la Ciudad de México, apuntó que el destino de los recursos que en la actualidad están dirigidos en un 90 por ciento a los grandes productores debería dirigirse al sector campesino que sólo recibe el 10 por ciento restante y se encuentra casi extinto y en riesgo de perder su cultura.
Lamentó que las estrategias y las acciones que provocarían un cambio y dirigirían al país a una verdadera seguridad alimentaria y a la mitigación de la pobreza y el hambre, no han sido consideradas en el presupuesto federal 2013, lo que pone en duda los resultados futuros del denominado Programa de Combate a la Pobreza que ha decretado el Poder Ejecutivo.
Argumentó que los recursos se mantienen para los grandes productores; el programa de fondos concurrentes que plantea la Ley de Desarrollo Sustentable sigue sin concretarse porque las dependencias no se ponen de acuerdo; las prioridades de las zonas rurales se deciden por los organismos gubernamentales y no por los consejos de los habitantes, y en muchas ocasiones no llegan directamente a los productores, y por si fuera poco, en 2013 estos recursos disminuyeron.
Asimismo, señaló, no existen lineamientos por parte de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), instituciones que en primera instancia deberían ser las encargadas de tal Programa.
En su opinión el Programa de Combate a la Pobreza y la Cruzada Nacional contra el Hambre implementado por el Presidente, Enrique Peña Nieto, no se diferencia de lo ya considerado desde el 2000 en el Plan Nacional de Zonas Deprimidas y Grupos Marginados (Coplamar), además de que falta explicar cómo se implementará, una respuesta que tiene la academia universitaria nacional.
“No hay novedad alguna en lo planteado recientemente, las bases técnicas se encuentran desde entonces en un documento que se elaboró por especialistas, el problema es que el objetivo y las acciones de los gobiernos en turno se dirigieron más hacia la coptación de líderes comunitarios que a apoyar una economía campesina”.
La UAM, de forma particular, tiene conocimiento de vanguardia en sistemas de agricultura sostenible, pobreza, nutrición, tratamiento post-cosecha y alimentos, que han sido puestos en práctica con éxito en comunidades de Chiapas, Guerrero, Oaxaca y otras entidades, “estas experiencias son la prueba de lo que puede lograrse en México”.
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