En México existe un sinnúmero de especies de las que no se sabe nada, pero también una cifra importante que se ha extinguido o se encuentra en ese proceso, señaló Alejandro Córdoba Aguilar, del Instituto de Ecología (IE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien agregó que por la deforestación, miles de especies han desaparecido.
El biólogo planteó que se ha establecido un número importante de especies en esa condición, en particular los vertebrados, no así los invertebrados.
En el ámbito de la conservación se soslaya a estos últimos, entre ellos los insectos, –el grupo más diverso del planeta–, y se da preferencia a los vertebrados, sobre todo a los mamíferos. Resaltando que en México como a nivel mundial son escasos los insectos cuya extinción se ha documentado.
En el IE se han dado a la tarea de comprender este problema e integrar a las libélulas como un grupo ejemplo para construir el conocimiento de los insectos. «Aunque pequeño, nos permite realizar una serie de ejercicios».
Las libélulas y los caballitos del diablo (odonatos) no son los más diversos del planeta, pero sí han preservado de forma exitosa su morfología, conducta y fisiología con características ancestrales. Han permanecido en el planeta con pocos cambios desde la época de los dinosaurios.
En el caso de las libélulas extintas, sólo se sabe de una especie para todo el mundo, y la cifra se hace más grande para aquellas menos amenazadas. En el país existen unas 350 especies, de las que se han evaluado 117; del resto no hay datos.
Los odonatos viven y dependen de cuerpos de agua dulce, tanto estancados como corrientes. Por lo general son sensibles a cambios en la calidad del agua; la mayoría gusta de ambientes limpios, poco contaminados, por lo que el 70 por ciento es buen indicador de la calidad del recurso en lagunas o ríos.
Córdoba Aguilar resaltó que 25 especies de libélulas se encuentran en algún grado de peligro de extinción debido a la contaminación de sus hábitats, «lo que nos lleva a sugerir nuevos estatus, en particular para dos, una de ellas Paraphlebia zoe«.
Finalmente, dijo que hay grupos de insectos que se han soslayado en los análisis de conservación, «aunque tienen un papel fundamental en los ecosistemas, quizá mayor al de muchos vertebrados. Además, hay pocos especialistas dedicados a su estudio y conservación».
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