Durante la última década la costa sur de Quintana Roo, en la Península de Yucatán ha sufrido cambios causados por la perturbación humana, principalmente por la explotación pesquera y el desarrollo turístico.
Esta problemática ha sido una de las líneas de investigación de Juan Jacobo Schmitter Soto, de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), unidad Chetumal, capital de Quintana Roo quien se ha dedicado por más de tres décadas a estudiar a los peces dulceacuícolas de México y América Central, así como la ecología de peces arrecifales del Caribe mexicano.
Para poder entender la salud del ecosistema, uno de sus trabajos consistió en establecer indicadores basados en la composición, abundancia y tallas de la comunidad de peces arrecifales en Mahahual (una zona con desarrollo turístico intensivo) y en el Parque Nacional Arrecifes de Xcalak, ambos en Quintana Roo.
Cabe recordar que el doctor en biología de sistemas y recursos acuáticos, participó desde mediados de la década de los noventa en un proyecto para establecer una estrategia de monitoreos interdecadales a través de la comparación de la comunidad de peces arrecifales en los sitios mencionados.
La metodología del científico y sus colaboradores consistió en censos visuales subacuáticos; es decir, bucearon en el arrecife en transectos (líneas de un largo y ancho determinado) llevados a cabo entre 1995 y 1998. Durante las inmersiones contaron durante cinco minutos las especies observadas dentro de un espacio imaginario, y estimaron sus tallas.
Estos censos se realizaron antes del decreto del Parque Nacional Arrecifes de Xcalak y antes de la construcción del muelle de cruceros, y en general, el despegue turístico de Mahahual. Posteriormente fueron replicados en 2006-2007 y en 2010-2011 con la misma metodología. Los ambientes explorados fueron: arrecife frontal profundo, arrecife frontal somero y laguna arrecifal.
El proyecto acerca de la composición, abundancia, distribución y estructura por talla de la comunidad de peces fue una especie de experimento natural del tipo: antes/después–control/impacto, a partir del cual el experto y su equipo de trabajo propusieron indicadores de salud del arrecife.
Comentó que “las tendencias que encontramos no son alentadoras. Se sabía que en algunos sitios los grandes carnívoros (tiburones, meros y pargos) estaban en peligro a causa de la sobrepesca, pero no solo lo corroboramos, también identificamos que otros ocho gremios de peces (que comen algo en particular, son de tamaño similar y ocupan ciertos espacios en el arrecife aunque no son de la misma especie) tenían un patrón de declive durante el tiempo en el que se realizaron los monitoreos”.
Schimtter Soto señaló que esta tendencia de decaimiento de grandes carnívoros se observó en Mahahual y en la reserva de Xcalak; sin embargo, el declive no tiene la misma intensidad en las dos áreas. El deterioro más intenso se dio fuera del parque, y aunque en este no se ha podido mejorar el destino de los peces, por lo menos la velocidad del deterioro es menor.
Un cambio más que se dio en estas décadas fue la llegada del pez león, considerado una especie invasora debido a su explosión demográfica, su depredación y su competencia por el alimento con peces nativos. En 2009 fue el primer registro del pez león en México y se verificó el mismo patrón de invasión en otras zonas del Caribe: primero se incrementó su abundancia relativa y también sus tallas máximas individuales, después no aumentó la abundancia ni sus tallas.
De acuerdo con el especialista en diagnóstico del riesgo ante la invasión del pez león en Quintana Roo, ya ha empezado a darse cierta acomodación de la comunidad de peces locales ante la presencia de este pez. Algunas especies que en otras áreas del Caribe son presas del pez león, como los cromis, pareciera que están aprovechando su presencia. “Hemos observado que los cromis se acercan al pez león cuando está quieto en un rincón del arrecife y nuestra hipótesis es que buscan protección contra otros depredadores”.
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