Ana Herrera
Colaboradora invitada
El coordinador de la Comisión Nacional para el Uso y Conocimiento de la Biodiversidad (CONABIO), José Sarukhán, señaló que la pérdida de 10 mil hectáreas del ecosistema de manglar en México desde 2005, es un problema con repercusiones internacionales.
Dicha cifra fue obtenida a través del Sistema de Monitoreo de los Manglares en México, el cual, indicó, se implementó por la Conabio desde 2005 con el objetivo de incidir en las políticas públicas y obtener una mejor planeación de los manglares, formaciones vegetales leñosas y arbóreas que requieren de una plataforma continental amplia para crecer desde 1 hasta 30 metros de altura.
El valor de estos bosques acuáticos radica en que son una fuente de recursos de madera y de productos no maderables; asimismo, son los viveros de reproducción para la pesca ribereña y de altamar. México ocupa el cuarto lugar mundial en manglares,
El monitoreo se presenta en un intervalo de 5 años, a través de mapas y técnicas de evaluación realizadas con innovadora tecnología que permite ubicar la sección del manglar que se desee en el presente y hacer un comparativo con su situación en 2010 y en 2005.
Sin embargo, la industria pesquera ha ocasionado serias repercusiones. Entre 2005 a 2010 se perdieron 10 mil hectáreas por prácticas agropecuarias, siendo la Campeche una de las zonas más afectadas, al perderse 2 mil de esas hectáreas, que se han sido sumergido en el océano, pues este ecosistema es el freno natural de las aguas y al ya no existir, la tierra es ahora fondo marino.
Al término de su intervención, Sarukhán concluyó reflexionando sobre la repatriación del Chamizal, fragmento del río Bravo que fue devuelto al territorio mexicano por el gobierno estadounidense en 1967. Dijo, a este respecto, que la devolución de sus 146 hectáreas fue motivo de fiesta nacional, mientras que en Campeche se perdieron 2 mil hectáreas y “eso es de una repercusión internacional. Es evidente que el valor de los ecosistemas está ahí y no se le puede dar uno económico”, señaló, durante el primer Seminario de Comunicación Ambiental.
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