La economía circular no sólo contribuye en la preservación del medio ambiente, sino que también le brinda una oportunidad a las empresas para reducir sus costos y crear modelos económicos nuevos y virtuosos.
La escasez de los recursos, el aumento en las emisiones de gases de efecto invernadero, así como los plásticos que contaminan los océanos, son algunas de las preocupaciones que ya no son compatibles con el modelo económico lineal basado en crear- usar – desechar.
La economía circular, por el contrario, convierte la basura en nuevos recursos para implementar un ciclo de creación – uso – reutilización. Un cambio de paradigma que está alentando a las compañías a reconsiderar por completo sus estrategias y procesos de producción, puesto que el problema no sólo es ambiental, sino también económico.
Para los negocios, el primer impacto positivo de la economía circular es la reducción de los costos. De acuerdo con la Fundación Ellen MacArthur, las materias primas representan entre el 40 y 60% de los costos básicos que tienen que realizar las empresas manufactureras. Los costos son altos porque la mayoría de estos recursos son importados y escasos, incluidos los combustibles fósiles.
Este nuevo modelo puede reducir en gran medida los costos al reciclar los desechos. El informe de la Fundación Ellen MacArthur estima que en Europa se podrían ahorrar 600 mil millones de dólares en recursos primarios para 2030. Por otra parte, si se toma en cuenta que en México la industria manufacturera es de suma importancia, la economía circular podría no sólo mejorar sus procesos de producción, sino reducir costos a la par que disminuyen su huella ambiental.
Actualmente, Veolia -compañía global líder en la gestión de agua, residuos y energía – desarrolla procesos innovadores para crear accesos, preservar y recargar los recursos naturales y de esa manera responder a las necesidades emergentes a nivel global. Cuenta con diversos proyectos basados en la economía circular, en Europa, específicamente en Bruselas, donde se producen bioplásticos a partir de aguas residuales; a nivel regional, en Chile, recuperan el cobre de los tanques de sedimentación.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en el país, el Producto Interno Bruto (PIB) de la industria manufacturera creció 3.4% en 2017, el más alto reportado hasta 2014, por lo que sería oportuno considerar este modelo como una herramienta para seguir incentivando el crecimiento.
Asimismo, las empresas pueden disminuir de manera significativa sus costos de eliminación de desechos, especialmente en países con regulaciones estrictas, como Bélgica o el Reino Unido, donde las empresas pagan un impuesto a los vertederos pesados.
“En el caso de México, en nuestras diversas actividades de Agua, Residuos y Energía implementamos distintas estrategias para contribuir con el crecimiento del mercado y ofrecer una cartera de servicios únicos e integrales que agreguen valor con los intereses de nuestros clientes, permitiéndoles integrarse al modelo de economía circular a la par que reducen su huella ambiental” puntualizó Lillian Salazar, Directora de Comunicación Corporativa de Veolia México
Contribuye en la creación de trabajos y aumenta el capital
La economía circular también tiene un impacto positivo en términos de creación de valor y empleo. Transformar los residuos en recursos significa desarrollar nuevas funciones para repensar la cadena de producción y productos de diseño ecológico. También alienta a nuevos sectores que reparan, reutilizan y reciclan para seguir desarrollándose.
De igual forma, tiene el efecto de reubicar la producción dentro del territorio nacional. El modelo actual externaliza la producción, pero cuando los residuos se recuperan localmente, ofrecerá una fuente de suministro directa y de bajo costo para las industrias.
La Fundación Ellen MacArthur estima que, en total, la economía circular podría generar un aumento de 7 puntos porcentuales en el PIB de Europa para 2030. Aún no se estima el beneficio económico para América Latina, sin embargo, debemos recordar que en la región viven 625 millones de habitantes y en pocos años cerca del 80% de la población se concentrará en áreas urbanas, por lo que, para cumplir con la demanda alimenticia de una población que crece a este ritmo se deberán producir un 50% más de alimentos, 45% más de energía y un 30% más de agua para 2030.
Por otra parte, en cuanto a la generación de empleo este nuevo modelo de economía, podría generar una gran cantidad de trabajos. Emeric Fortin, profesor de la École des Ponts- escuela nacional de puentes y caminos de relevancia en Francia- enumera tres tipos que podrán ser fundamentales: aquellos necesarios para clasificar los residuos, con las operaciones de tratamiento y procesamiento, así como el ecodiseño, que incluye el diseño de productos desde una perspectiva circular, es decir, que están hechos con materiales reciclados que se puede recuperar cuando llegan al final de sus vidas.
Lo relevante del tema no es que tantos proyectos existen hoy en día, si no tener en cuenta que debido al constante aumento en la demanda de los recursos básicos, este modelo, sin lugar a dudas se convertirá en la herramienta que permita cumplir con ellas y contribuir en extender la vida del planeta tierra.
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