Recipientes o bolsas que deberían ser parte del proceso de reciclaje, forman en el mar grandes islas de basura que dañan el ecosistema, y el creciente volumen de residuos de plástico vertidos al mar pone en peligro la supervivencia de los peces, lo que podría repercutir en la cadena alimentaria.
Ante este problema, la senadora Diva Gastélum Bajo de Sinaloa y el senador Roberto Albores, de Chiapas, pidieron que autoridades de diversas dependencias, entre éstas de la Secretaría de Marina y del Medio Ambiente, refuercen las medidas para tener espacios marinos limpios, ya que se estima que el 80% de la basura en los océanos proviene de tierra firme.
En un punto de acuerdo señala que la negligencia humana ha llegado a tal punto que, en el Océano Pacífico Norte, se han formado dos gigantescos «vórtices de basura» (TrashVortex), con dos veces el tamaño de Estados Unidos y unos 10 metros de profundidad.
Según Greenpeace cada año se producen 135 mil millones de kilos de plástico en todo el mundo y tan sólo se recicla una pequeña parte, de los cuales una porción termina en los océanos.
En la propuesta refiere que en 2016 se logró sistematizar y homogeneizar el monitoreo del agua de mar, de acuerdo a los criterios descritos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para las aguas de mar de contacto recreativo. Sin embargo, no ha sido suficiente para el mantenimiento de cada uno de los 17 estados costeros de México.
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