Sustentabilidad

Política energética de México le aleja del Acuerdo de París

La política energética del actual gobierno federal aleja a México del cumplimiento de las metas internacionales para hacer frente a la emergencia climática, pues sigue apostando a las fuentes fósiles como el petróleo y el gas, en vez de promover una política eficaz de transición hacia energías renovables y la movilidad no motorizada y eléctrica.

A pesar de que México es considerado un líder en cuanto al rol que ha jugado en las negociaciones internacionales para establecer compromisos de mitigación de Gases Efecto Invernadero (GEI), proyectos como la nueva refinería Dos Bocas (proyecto energético del gobierno actual), que pretende construirse en el municipio de Paraíso, Tabasco –sureste del país-, constituyen un paso en sentido contrario que lo distancia del objetivo de convertirse en una economía baja en carbono.

Cabe recordar que, en su adhesión al Acuerdo de París, México se comprometió -de manera condicionada-, a reducir sus emisiones GEI en 30% al 2020; 22% al 2030 y 50% al 2050. De acuerdo con el avance que el país tiene hasta el momento, será muy difícil cumplir con la meta establecida para el 2020, ya que en 2015, las emisiones fueron de 683 millones de toneladas de bióxido de carbono equivalente (CO2e), lo que supone que la reducción del 30% al 2020 será difícil de cumplir (MtCO2e). Para cumplir con la meta al 2050, México deberá emitir únicamente 320 MtCO2e en dicho año.

Lo anterior significa que el esfuerzo realizado por el país hasta el momento es insuficiente. México requiere incrementar su ambición, pues su Contribución Nacionalmente Determinada (NDC, por sus siglas en inglés) y las metas de la Ley General de Cambio Climático (LGCC) no están en línea para cumplir los objetivos establecidos en el Acuerdo de París, particularmente el límite de 1.5°C, el cual, de acuerdo con datos del último reporte del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), es el único límite seguro para la humanidad y la integridad de la biósfera.

En este contexto, proyectos como la refinería de Dos Bocas van en sentido contrario al camino que se ha fijado la comunidad internacional, de avanzar hacia economías bajas en carbono, basadas en una transición energética hacia fuentes renovables como la eólica y la solar con características de justicia, equidad y acceso a la energía.

De acuerdo con cálculos realizados por el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, A.C. (Cemda), el total de emisiones de la refinería al año serían 2.16 millones de toneladas de CO2e[2], lo cual equivale a las emisiones de 855,020 vehículos compactos al año. En los próximos 20 años, solamente la operación de la refinería habrá emitido, aproximadamente, 43.2 MtCO2e. La NDC de México asume la reducción de 19 MtCO2e para el sector petróleo y gas (al 2030).

Si la refinería empieza a operar en 2022, las emisiones de dicho año al 2030 sumarían 17.3 MtCO2e, lo que supondría poner en riesgo el cumplimiento de la NDC. Las emisiones de CO2 de la refinería Dos Bocas por los 20 años de operación establecidos en la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), serían el equivalente a talar aproximadamente 183 millones de árboles.[4] Si proyectamos una vida útil de 40 años, el equivalente es de más de 366 millones de árboles. Esto volvería prácticamente insignificante el esfuerzo anunciado por este gobierno de plantar 1 millón de árboles frutales y maderables durante todo el sexenio.

La refinería estima procesar 340 mil barriles de crudo tipo maya diarios para satisfacer la demanda de producción nacional de gasolina y diésel con 172.2 miles de barriles (MBD) de gasolinas terminadas, 125.41 MBD de diésel ultra bajo azufre, 9.38 MBD de propileno, 9.25 MBD de propano y 8.40 Mtd de coque, pudiendo disminuir proporcionalmente la importación de gasolinas y diésel. [5]

Quemar todos los combustibles descritos anteriormente implicaría la emisión de 41 MtCO2 anualmente. Asimismo, hacerlo por los próximos 20 años como lo establece la MIA presentada por Petróleos Mexicanos, implicaría una emisión de aproximadamente 828 MtCO2. Lo anterior implica condicionar a México a seguir quemando combustibles fósiles, principalmente en el sector transporte, cuando hoy es el principal contribuidor de las emisiones a nivel nacional (25.1%) además de retrasar sustantivamente el cambio hacia otros esquemas de movilidad no motorizada y eléctrica.

La continua extracción de hidrocarburos y su quema no es compatible ni con los compromisos asumidos por el país, los límites de temperatura acordados en el Acuerdo de París; ni con la posibilidad de garantizar a las generaciones futuras un futuro digno y el derecho a un medio ambiente sano.

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