En la capital de Jamaica, Kingston se llevó a cabo la presentación de dos nuevos estudios que trazan una hoja de ruta para esta nación en materia de adoptar un desarrollo sostenible mediante la implementación de políticas de economía verde; estos trabajos son Green Economy Scoping Study for Jamaica y Vision 2030 Jamaica and the Green Economy.
El primer estudio se concentra en cinco sectores claves de la economía – agricultura, turismo, construcción, energía, acueductos y alcantarillado -, mientras que el segundo demuestra los nexos existentes entre el actual plan nacional de desarrollo de Jamaica y la economía verde inclusiva.
Los documentos producidos por el gobierno de Jamaica y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) recomiendan políticas y acciones gubernamentales tendientes a mejorar la eficiencia y adaptabilidad al cambio climático, la generación de empleo, la atracción de inversiones a través de todos los sectores económicos, promoviendo la transición desde un alto nivel de endeudamiento y dependencia a la resiliencia. Las recomendaciones se basan en las actuales políticas de Jamaica y están diseñadas para responder a las condiciones fiscales y sociales del país.
Daryl Vaz, titular del Ministerio de Desarrollo Económico y de Creación de Empleo de Jamaica, dijo que “siguiendo el movimiento global hacia la economía verde, el estudio demuestra la economía verde constituye un nuevo motor de crecimiento, es un generador neto de empleo, lo que es vital para la eliminación de la pobreza”.
Añadió que “el reporte también busca motivar a los hacedores de política a crear las condiciones para mayor inversión en la transición hacia la economía verde, y reitera la necesidad de las alianzas público-privadas”.
Los estudios se presentaron durante la reunión Economía Verde: Herramienta para el Desarrollo Sostenible, organizada por el Gobierno de Jamaica, con el apoyo del PNUMA, a través del proyecto Avanzando hacia el Desarrollo Sostenible en los Países del Caribe a través de la Economía Verde (ACSSD-GE, por sus siglas en inglés).
Green Economy Scoping Study for Jamaica se enfoca en los principales receptores de ingresos por divisas y en los mayores consumidores de agua y de energía, que representan más de 22 por ciento del PIB y más de 33 por ciento de la fuerza laboral. Como tal, éstos constituyen un punto de partida útil para la economía verde.
En el estudio se afirma que la transformación del sector de energía en Jamaica es clave para avanzar hacia una economía verde inclusiva en el país, considerando que todos los demás sectores dependen de la energía. Actualmente 90% de la energía proviene del petróleo importado, por lo que el país es muy vulnerable a los impactos externos. Mejorar la eficiencia energética, reducir la demanda y aumentar la oferta de energía renovable en la matriz energética nacional puede contribuir a la resiliencia y la estabilidad de la economía, a la vez que la hace más verde.
En el campo de la agricultura, el estudio formula recomendaciones para apoyar este sector – actualmente emplea cerca de 20% de la población – para hacerlo más rentable y resiliente ante el cambio climático, a través de fuentes mejoradas y diversificadas de agua y energía, la investigación y la adopción de prácticas sostenibles.
Como país con una fuerte industria turística que depende en gran medida de la calidad ambiental, Jamaica debe prepararse para el aumento del nivel del mar y otros impactos del cambio climático. La publicación recomienda mejorar la eficiencia eléctrica e hídrica en el sector y apoyar a las pequeñas, medianas y micro industrias para aumentar la rentabilidad or y contribuir a que se distribuyan mejor los beneficios.
Jamaica cuenta con una cantidad abundante de agua dulce no contaminada. No obstante, debido a que el sistema hídrico nacional depende del bombeo de grandes volúmenes de agua a través de terrenos montañosos, se requiere una gran cantidad de energía. La Comisión Nacional del Agua (NWC) es el mayor consumidor del principal proveedor de energía y el costo de la energía representa aproximadamente 35% de los costos operativos de la NWC. El estudio recomienda reducir esta demanda de energía y aumentar el acceso al agua desarrollando las facilidades de captación locales, aumentando la eficiencia hídrica y desarrollando un extenso proceso de reciclaje de las aguas residuales.
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