Social y de justicia es el compromiso de Diconsa. Mediante ésta empresa, el gobierno federal mejorará la nutrición de las familias que viven en las comunidades más pobres del país con productos de calidad, y ofrece un ahorro efectivo en la compra de alimentos.
Rosario Robles Berlanga, secretaria de Desarrollo Social, que encabezó la Sesión Ordinaria 106 del Consejo de Administración de Diconsa, precisó que por lo anterior es importante el papel que desempeña en la Cruzada Nacional Contra el Hambre.
A través del Programa de Abasto Rural y con 25 mil 600 tiendas comunitarias, Diconsa atiende 23 mil 76 localidades de 87% de los municipios del país y 97% de los predominantemente indígenas. Además apoya a los productores nacionales con la compra de cosechas y se preocupa porque en sus tiendas no se venda maíz modificado genéticamente.
Héctor Velasco Monroy, director de Diconsa, informó que las ventas netas al primer trimestre de 2013 fueron de 2 mil 270 millones de pesos, con un impacto superior al 19 por ciento en el ahorro de la economía familiar, en comparación con los precios del mercado.
El 45.2% de las ventas fue de harina de maíz; 29.5% de chocolate en polvo; 9.3% de sal; 4.1% de jabón de tocador; 3.8% de pastas para sopa; 2% de jabón de lavandería, y 1.9% de detergentes.
La canasta básica de Diconsa tiene un precio de 292.2 pesos, contra 348 pesos en tiendas privadas, lo que convierte a la empresa dependiente de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) en una opción real de ahorro.
En breve impulsará la cobertura en zonas semiurbanas con menos de 15 mil habitantes, con la venta de perecederos; con el Instituto de Nutrición Salvador Zubirán rediseñará el formato nutricional de los productos que expende; y firmará un convenio con la Universidad Autónoma de Chapingo para elaborar estudios de calidad y evitar la venta de maíz modificado genéticamente.
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