Ante la falta de agua en zonas vulnerables, tanto urbanas como rurales, en las Delegaciones del Distrito Federal Álvaro Obregón, Cuajimalpa y Tlalpan, o en el Estado de México con zonas como Lerma, Toluca, Metepec, Huixquilucan, etc., jóvenes preparatorianos planteen que, en base a tecnologías creadas en otros países y que se adaptan a una realidad y condiciones mexicanas para que diversos telares instalados en lo alto de edificaciones atrapen la humedad del ambiente y capten agua de zonas nubosas.
El proyecto de estos jóvenes se titula: Nubes Líquidas, surgido de un problema de las zonas altas del Valle de México, y es la escasez de agua y el problema que lleva a su recolección. Por ello, este esquema expone la posibilidad de contar con un sistema que permita aprovechar el agua que está en la condensación de nubes y neblina mediante diferentes textiles y posiciones para recolectarlo en una casa habitación.
Lo cual se presenta mayormente en zonas altas, como las citadas delegaciones defeñas así como municipios mexiquenses, que en las noches se caracterizan por ser fríos y más en fines de año y en verano con las lluvias se pueden volver silos captadores de agua que puede llevar a que un telar de un metro cuadrado capte en una noche unos 6 litros de agua que al ser condensada y filtrada se puede usar en casas habitación.
Sistemas de este tipo han sido muy exitosos en zonas desérticas de Perú, en donde se palia la sed de comunidades que no cuentan con sistemas de entubado de agua potable y ocasiona redunda en romper los mitos que en los desiertos no existe agua, la cual se halla en su aire frio de las noches, lo que ha hecho que autoridades de Sonora vean estudien este sistemas, ante su falta de agua así como ser poseedores de grandes zonas de desierto.
Éstos jóvenes preuniversitarios, Pamela Velázquez, Jonathan Luis Ángel Villalpando, Karen Fernanda Cruz, indicaron a Mi Ambiente que el proyecto surgió como respuesta a la situación que vive su comunidad donde no tienen agua y vieron la necesidad de contar con un sistema tecnológico para captarla. De ahí, surgió la idea de “tropicalizar” una tecnología sudamericana que es similar a un panel solar que atrapa nubes y les extrae su agua.
La inquietud, dijo el joven, vino que luego no tenemos agua en la casa –zona alta de la colindancia del DF y el Estado de México- y cuando llega el recibo es caro, de ahí quisimos hacernos de agua de lluvia, pero al platicar con un asesor de este programa aterrizamos la idea del atrapanubes.
Este proyecto surgió del programa de ConCiencia Positiva, organizado por la empresa global DuPont y Fondo Unido México, donde se fomentó el gusto por la ciencia e innovación entre 22 jóvenes de la preparatoria Jesús de Urquiaga, I.A.P., quienes contaron con la guía de 9 facilitadores -alumnos del Tecnológico de Monterrey Campus Santa Fe-, y la colaboración de 16 voluntarios de DuPont. Para la concreción de seis proyectos enfocados a solucionar problemas de su comunidad como es la contaminación, escasez de agua y de salud.
El Laboratorio de Ciencias: ConCiencia Positiva, único en su tipo en México, acercó a los jóvenes de preparatoria a la tecnología de punta, además de hacerlos conscientes sobre el mundo de posibilidades que les brinda la preparación y el estudio en ciencia y tecnología.
Luis Rebollar, presidente de DuPont México, Centro América y el Caribe, dijo que “este taller es una motivación y empoderamiento para ellos, ya que muestra con hechos la posibilidad de trascender y dar soluciones a los problemas de sus comunidades; demostrándoles lo que son capaces de hacer”.
En entrevista con Mi Ambiente, dijo que este tipo de proyectos confirma que en toda edad se puede ser innovador y dar soluciones a los problemas comunitarios, en este caso el agua y otros enseres; de ahí es que debemos dar siempre oportunidades a los jóvenes y se involucren en programas de este tipo.
Añadió que “esta innovación un día generará empresas y empleos en sectores de la tecnología y del medio ambiente y esto es una calle de dos sentidos en que todos ganamos, por ello el que estemos apoyando este tipo de ideas. Más cuando la conciencia de la sustentabilidad se detona y que se refleje en los individuos como en las corporativos”.
Según la explicación sobre la aplicación de este tipo de atrapa nubes en naciones sudamericanas, mayormente, se indica que cada atrapaniebla está cubierto de una malla cuya textura es de un diámetro tan pequeño que sólo puede ser atravesado por la punta de un lápiz, y es una malla similar a la que se utiliza para cubrir cultivos en invernaderos, aunque el diámetro de los agujeros sea mayor y se puede perder humedad.
Lo cual permite que cada metro de malla puede atrapar de 4 a 15 litros diarios. Tal diferencia se da dependiendo de la cantidad de niebla o rocío que se forme, del lugar donde se sitúa, de los vientos, etc. Para esto es necesario ubicar los paneles en dirección perpendicular al viento y si se cuenta con montes o montañas, lo ideal es colocarlas de cara al viento, en alturas variables que pueden ser de unos 300 a 800 metros sobre el nivel del mar.
Cuando esto ocurre, miles de gotas son capturadas por la red extendida, y acumulándose una con otra forman otras más grandes que terminan cayendo por su propio peso a una canaleta plástica o metálica en forma de V que se coloca debajo. Posteriormente, por la misma gravedad, se llevan hacia abajo, a las raíces o a un estanque cerrado para evitar su contaminación con el aire del exterior y mantener su pureza.
En relación a este tipo de trabajos de innovación en los jóvenes, el ambientalista, Luis Manuel “Químico” Guerra, dijo a Mi Ambiente que “es muy grato observar que con pocos recursos pero con creatividad está el poder crear las ideas de soluciones ambientales y esto dice mucho del desarrollo de la innovación mexicana”.
Somos ingeniosos en resolver problemas, pero ha faltado perseverancia, por la falta de óptica oficial de modificar un sistema educativo obsoleto y que se debe fomentar la creatividad en los jóvenes y que lleven a cabo sus ideas y debe ponerse mayor atención a nuevos esquemas educativos que revolucionen las perspectivas de la juventud a futuro, dijo.
Por su parte, el profesor de la Universidad de Stanford Paulo Blikstein, creador de la metodología de este tipo de proyectos, comentó que esta iniciativa es muestra de que la innovación y la colaboración brindan habilidades fundamentales para prácticamente cualquier carrera de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas.
Añadió que la innovación y colaboración para resolver problemas son habilidades fundamentales para prácticamente cualquier carrera de ciencias, tecnologías, ingeniería y matemáticas; sin embargo, esos son los mismos elementos que están fuera de las escuelas por los mandatos de las pruebas estandarizadas. La mayoría de los estudiantes de preparatoria se graduarán sin la experiencia de haber diseñado una solución o construir un prototipo de trabajo, pero este proyecto brinda la posibilidad de que lo hagan.
Por ello, la importancia de este tipo de proyectos es esencial para evitar que alumnos de zonas vulnerables dejen sus estudios, ya que en la actualidad, en México, solamente el 86% de los estudiantes acaban la preparatoria y un alto porcentaje no aplica para la Universidad en las escuelas públicas de México.
OTROS PROYECTOS PRESENTADOS
Durante este programa de impulso a despertar el gusto por el estudio de ciencia, tecnología e innovación, Laboratorio de Ciencias: ConCiencia Positiva, se presentaron otros productos ideados por estos 22 alumnos de preparatoria del Colegio “Jesús de Urquiaga” y que fueron:
Cada Basura Cuenta: Este proyecto exploró la idea de cómo motivar a las personas a limpiar la Ciudad de México. El prototipo construido presentó la experiencia que un usuario tendría al tirar la basura en basureros que premian la actividad a través de tickets acumulables e intercambiables por productos.
Si el Río Suena: Que no sea porque lleva basura. La cantidad de desechos que contaminan ríos y afectan especies se han incrementado en los años recientes. Este prototipo desarrolló una alternativa a las redes que atrapan basura y matan o destruyen ecosistemas al mismo tiempo.
Late corazón: La preocupación de dejar a personas de la tercera edad solas cuando tienen problemas cardiacos es el motivo para la construcción de este prototipo. Su función es la de tomar el pulso del usuario y avisar cuando exista alguna discrepancia. Para este proyecto se requirió la construcción de un sensor de pulso.
Atínale al Basurero: Tirar basura puede ser divertido y motivamos a las personas a hacer esta actividad más seguido. Este prototipo mostró la mejorada experiencia de un usuario, cuando atinarle al basurero es algo inesperado y un reto en sí.
Coladeras Anti-basura: Inundaciones de calles que afectan el transporte de personas y productos o niveles de agua que hacen difícil la entrada y salida a lugares son algunas de las consecuencias de coladeras tapadas. Este proyecto proveyó un mecanismo automático para mantener las coladeras libres de basura.
UNAM YA TRABAJA EN ATRAPAR HUMEDAD DE LAS NUBES
De acuerdo a la UNAM, un equipo multidisciplinario de jóvenes universitarios, encabezado por Augusto Sánchez Cifuentes, profesor de la Facultad de Ingeniería (FI) de la UNAM, desarrolla condensadores de humedad, también llamados “atrapanubes”, con la meta de suministrar agua potable a comunidades del país.
Ello debido a que hay regiones sin infraestructura hidráulica y poblados donde la gente debe caminar kilómetros para llevar un par de cubetas de agua a sus hogares. “Estamos conscientes de que no vamos a satisfacer el 100 por ciento de las necesidades de la gente, pero en parte sí podemos ayudar a resolver el problema”, señaló el académico.
El ingeniero explicó que siempre existe vapor de agua en el aire, porque pasa por cuerpos como lagos, mares o ríos y en su viaje absorbe humedad. Recuperar ese líquido depende de las condiciones climatológicas, como las humedades en el aire y la relativa a la temperatura y el viento, es decir, del clima en general de cierta zona.
Hay zonas con mucha neblina, como Cumbres de Maltrata, Veracruz, pero también con agua; la meta entonces es atrapar nubes donde hay poco recurso hídrico. Así, para sus estudios los universitarios utilizan la clasificación climatológica de la Comisión Nacional del Agua, que define seis climas para toda la República y desarrollan una base de datos por estado y municipios, con factores como altitud, humedad y días de niebla de cada lugar.
Sánchez Cifuentes señaló que en los prototipos de condensadores desarrollados hasta el momento se han empleado materiales de fácil obtención y bajo costo, los que se utilizan en el campo para sombrear cultivos y que, incluso, pueden ser de reciclaje: tubos tipo conduit y malla raschel.
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