Los bosques albergan el 80 % de las especies del planeta, pese a su importancia cada año perdemos una superficie de 130,000 kilómetros cuadrados en el mundo, un área similar al estado de Durango. El 21 de marzo fue declarado como el Día Internacional de los Bosques por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Su celebración rinde un homenaje a la gran importancia de todos los tipos de bosques del planeta. Este año se dedica al tema “Los bosques y la biodiversidad: demasiado valiosos para perderlos”.
Los bosques cubren un tercio de la superficie terrestre y juegan un papel fundamental en la vida del planeta. Más de 1 000 millones de personas —incluidas más de dos mil pueblos indígenas— dependen de los bosques para sobrevivir: les proporciona alimentos, medicinas, combustible y abrigo. Pero pese a los increíbles beneficios ecológicos, económicos y sociales que nos brindan los bosques, la desforestación continúa a un ritmo sin precedentes.
Los bosques templados conocidos como bosques de coníferas, bosques de pino, bosques de oyamel o bosques mixtos de pino y encino, están presentes en nuestro país. Este ecosistema retiene el agua de lluvia, facilita que se infiltre al subsuelo y se recarguen los mantos acuíferos. Disminuye la erosión al reducir la velocidad del agua y sujetar la tierra y reduce el riesgo de inundaciones. Ofrece multitud de hábitats distintos para gran variedad de seres vivos. Además, provee de una variedad de productos del cual la madera es muy importante.
En México también existen los bosques nublados, conocidos como bosque mesófilo de montaña, bosque de niebla, selva nublada, entre otros. Se distribuyen en zonas muy húmedas, por ejemplo, en la en las partes altas de la Sierra Norte de Chiapas, Sierra Madre del Sur (Guerrero y Oaxaca) y de Jalisco.
Los bosques nublados son los ambientes preferidos para sembrar café, sobre todo el de buena calidad “café de altura”, a la sombra de los árboles del dosel. Los servicios ambientales que proporcionan son la: captura de agua y de carbono, belleza paisajística, filtración de contaminantes del aire, suelo y agua, regulación del clima, además nos proveen de productos forestales como alimentos, medicinas, leña, maderas, fibras naturales y remedios medicinales.
En las planicies costeras, en la cuenca del Balsas y en la península de Yucatán, se distribuyen los bosques tropicales, también conocidos como selvas secas y selvas húmedas. Estos bosques, los más diversos de México, han sido drásticamente reemplazados por potreros para la ganadería y zonas agrícolas.
Las principales amenazas que enfrentan los bosques son la tala de grandes extensiones para el desarrollo de la agricultura, industria maderera, además también se han utilizado para el pastoreo extensivo. Son afectados por incendios forestales, transformación de suelos para agricultura o ganadería, cacería de subsistencia y tráfico ilegal de especies.
El documento Capital Natural de México señala que la mitad de los bosques tropicales y templados del mundo ha desaparecido, y México no es la excepción, el deterioro continúa.
En el Día Internacional de los Bosques hacemos un llamado a la valoración y conservación de estos ecosistemas, así como destacar su gran valor ecológico, haciendo énfasis en uno de los bosques tropicales más importantes de Mesoamérica: la Selva Maya, que se extiende por el sureste mexicano, el norte de Guatemala y parte del territorio de Belice.
Esta región mantiene una importante función en términos de producción de agua y mantenimiento de la conectividad paisajística, ya que los múltiples corredores ecológicos permiten la movilidad entre organismos y especies.
La Selva Maya ha sido hogar de gran cantidad de árboles considerados como “maderas preciosas” por la calidad de su madera, como el cedro, la caoba, el palo de rosa, el chechén, el chicozapote, el ciricote y otros. Además es refugio de especies tan enigmáticas como el pecarí de labios blancos, el mono araña, el mono aullador, los temazates, el tapir, el tlacuache dorado, el águila solitaria, el pavo ocelado, la guacamaya roja y el zopilote rey. Entre los reptiles está el cocodrilo de pantano, las iguanas, boas, serpientes de cascabel, varios tipos de ranas, sapos y salamandras. Alberga así mismo gran variedad de orquídeas endémicas. Varias de las especies mencionadas se encuentran en alguna categoría de riesgo.
La Selva Maya enfrenta impactos como la deforestación o degradación de la vegetación y del suelo por la ganadería, agricultura, infraestructura, incendios forestales, tala ilegal, uso de pesticidas, y por otro lado por el tráfico ilegal de especies, la extracción de maderas preciosas y de toda clase de organismos para su venta. La suma de esfuerzos en las fronteras entre los países que comparten la riqueza natural de la Selva Maya, es fundamental para implementar estrategias conjuntas de mitigación de estos impactos.
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