La Casa del conquistador del México prehispánico que venciera a los aztecas, Hernán Cortés, ubicadao en la región de La Antigua, en la provincia de Veracruz en el Golfo de México; una construcción histórica actualmente es objeto de trabajos de restauración enfocados a brindar al turista una mejor lectura de este monumento que atrae a propios y extraños.
El paso del huracán “Karl”, en 2010, ocasionó un retroceso en las labores de reparación, que ya se habían emprendido para la consolidación de este inmueble, compuesto por varias etapas constructivas, que van de los siglos XVI al XX. Este proyecto de rehabilitación es promovido por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) y el Gobierno del estado de Veracruz.
“A La Antigua vienen a diario personas atraídas por la importancia de la Casa de Cortés, en sí misma, y por el singular entramado de las ceibas, que han penetrado en los muros y que evocan al pasado. La intención de esta iniciativa de restauración es que las ruinas adquieran otra dimensión, que se pueda comprender la arquitectura de este espacio de manera integral”, explicó la arquitecta Gladys Martínez Aguilar, responsable de estas labores.
Procesos de deterioro, causados básicamente por la humedad y el intemperismo, han afectado la permanencia de los elementos arquitectónicos de la Casa de Cortés, que también tuvo la utilidad de punto de reunión para los comerciantes de la época.
Cabe mencionar que La Antigua fue un paso importante para la expedición de conquista, pues fue el cercano río Huitzilapan, por el cual llegó Cortés a lo que hoy es México, en los albores del siglo XVI.
“Lo más característico de la Casa de Cortés son sus ceibas, árboles cuya raíz ha penetrado en los muros, estableciendo una red, tanto en las paredes como en el subsuelo. Esta característica, tan propia y atractiva del inmueble, también es uno de los factores que dañan a la edificación; sin embargo, intentar separarlos sería atentar contra el monumento, pues la ceiba ya forma parte de la estructura portante de los paredones”, destacó Gladys Martínez.
“En ese sentido, los trabajos de restauración —explicó— implican la restitución de algunas piezas, como los cerramientos de madera, lo que devuelve tanto estabilidad como la singularidad de la construcción rústica; y la consolidación de elementos sueltos. También como parte de las labores de limpieza han sido retirados panales de avispas que socavaban muros”.
El comité responsable del seguimiento del proyecto, que se ejecuta bajo la supervisión del INAH, reúne los esfuerzos del Instituto, a través de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos y el Centro INAH-Veracruz, del Gobierno del Estado de Veracruz y del Ayuntamiento de La Antigua. Asimismo, la Fundación GEO-Veracruz es parte honoraria del consejo.
La especialista abundó que la restauración de la Casa de Cortés se efectúa conforme los sistemas constructivos antiguos, a partir de materiales compatibles o iguales a los originales: piedra bola, piedra muca, ladrillos de distintos tamaños (de acuerdo a la etapa constructiva) y cal apagada en obra. El inmueble histórico —que tuvo distintas modificaciones a lo largo de la Colonia, así como en los siglos XIX y XX— posee una tipología arquitectónica que la aproxima a las construcciones andaluzas.
Antes de concluir este año se prevé lograr la consolidación completa de las estructuras antiguas y la integración de los elementos, de modo que se facilite la lectura de la Casa de Cortés como la casa típica heredada de los españoles. Sin embargo, precisó la arquitecta, este proyecto es más ambicioso.
“En el terreno adjunto, el comité pretende crear un espacio museístico y zonas de estar, para una estancia mayor del visitante y que a su vez brinde un recorrido más completo y ameno. Ahora, la Casa de Cortés es un sitio de interés para distintas instancias, motivadas en recuperarla y hacer de ella un espacio culturalmente identificable, tanto por los pobladores, como por los visitantes”, concluyó.
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