El asbesto, utilizado con gran frecuencia en la industria de la construcción por sus propiedades aislantes, ha sido analizado alrededor del mundo logrando comprobarse que su exposición genera riesgos para la salud.
De acuerdo a la American Cancer Society los materiales de construcción que contienen asbesto, tales como el aislamiento más antiguo, las tejas y las losas comienzan a descomponerse con el tiempo, pueden encontrarse fibras de asbesto en el aire interior, lo que pudiera representar una amenaza para la salud humana
La Organización Mundial para la Salud (OMS) define al asbesto como un grupo de minerales naturales fibrosos, que han tenido o siguen teniendo un uso comercial debido a su extraordinaria resistencia a la tensión, su escasa termoconductividad y su relativa resistencia al ataque químico.
Este material se conforma por un grupo de minerales que se da naturalmente en forma de conjunto de fibras. Estas fibras se encuentran en el suelo y las rocas en muchas partes del mundo. Están hechas principalmente de silicio y oxígeno, aunque también contienen otros elementos.
Desde la revolución industrial, el asbesto es utilizado para aislar fábricas, escuelas, casas y barcos, en la industria del asbesto cemento: en las tuberías, tinacos, láminas estructurales, onduladas, planas y tejas; en la Industria Automotriz: en pastas para clutch, frenos y juntas para vehículos, en la Industria textil: en la ropa de protección para fuego y calor, en la fabricación de papel de asbesto, impermeabilizantes y selladores.
Al respecto, Jesús Nava, Director de Salud y Seguridad en SGS México detalló que hay evidencia obtenida a través de estudios realizados a nivel mundial tanto en personas como en animales de laboratorio, que demuestran que el asbesto puede incrementar el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer.
Dijo que “cuando las fibras de asbesto en el aire son inhaladas, puede que éstas se peguen a la mucosidad de la garganta, tráquea, bronquios y puede que sean eliminadas al toser o al tragarse. Pero algunas fibras alcanzan el extremo de las vías respiratorias menores en los pulmones o penetran en el revestimiento exterior del pulmón y pared toráxica. Puede que estas fibras irriten las células pulmonares o la pleura, lo cual eventualmente cause cáncer pulmonar o mesotelioma.
Todas las formas de asbesto son cancerígenas para el ser humano. La exposición al asbesto, incluido el crisotilo, es causa de cáncer de pulmón, laringe y ovario, así lo asegura en su página de internet la OMS.
Afirma también que en el mundo hay unos 125 millones de personas expuestas al asbesto en el lugar de trabajo, además se calcula que la mitad de las muertes por cáncer de origen laboral son causadas por el asbesto. Además, se calcula que cada año se producen varios miles de muertes atribuibles a la exposición doméstica al asbesto.
En México existen regulaciones por parte de la Secretaría de Salud, las cuales buscan erradicar o mitigar el efecto bajo la norma NOM-125-SSA1-2016, que establece los requisitos sanitarios para el proceso y uso de asbesto.
Junto con la Organización Internacional del Trabajo, otras organizaciones intergubernamentales y la sociedad civil, la OMS colabora con los países en la eliminación de las enfermedades relacionadas con el asbesto. Algunos puntos de esa colaboración son:
el reconocimiento de que la forma más eficiente de eliminar esas enfermedades consiste en detener el uso de todos los tipos de asbesto
la aportación de información sobre las soluciones para sustituir el asbesto por productos más seguros y el desarrollo de mecanismos económicos y tecnológicos para estimular esa sustitución;
la adopción de medidas para prevenir la exposición al asbesto tanto in situ como durante su eliminación;
la información sobre los peligros de los materiales y productos que contienen asbesto, y la concienciación sobre el hecho de que los desechos que contienen asbesto deben ser tratados como desechos peligrosos.
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