México tiene una envidiable posición geográfica, bañado por aguas el Océano Pacífico, Golfo de California, Golfo de México y Mar Caribe por lo que tiene una amplísima variedad de ecosistemas y especies. Su litoral alcanza 11 mil 122 kilómetros, beneficiando a 167 municipios y 17 entidades federativas. Su belleza y servicios ambientales a lo largo y ancho de sus 3 millones 149 mil 920 kilómetros cuadrados de mar territorial y Zona Económica Exclusiva son inmensos.
Además, la riqueza de los mares mexicanos es cuantiosa, pues por el Pacífico, se cuenta con la segunda salinera más importante del mundo, grandes depósitos de manganeso, atractivos turísticos hermosísimos, inmensa cantidad de nutrientes naturales, algas y gran diversidad biológica conocida de sobra.
Por el Atlántico, se posee una gran riqueza en petróleo y gas natural. Aunque las aguas de este océano son un poco pobres en nutrientes. Sobre el maravilloso Mar Caribe qué decir. Es hermoso y riquísimo en biodiversidad y es una maravilla para la industria turística.
De acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio): A escala planetaria, los ecosistemas más importantes son los marinos, debido a su formidable tamaño e influencia en el clima global y a su papel en la economía humana en relación con las actividades pesqueras de gran escala y, a pesar de ello, siguen siendo los ecosistemas menos conocidos.
Los mares de México son un mundo lleno de vida y esplendorosa belleza, cuya diversidad biológica alcanza 15 mil 274 especies. Por esta enorme riqueza, en un tiempo se creyó que serían las alacenas para siempre, pero la sobrepesca y contaminación muestran que no es así como se debe cuidar este capital natural.
Entre los ecosistemas que contienen, se encuentran en mar abierto (pelágicos) donde los animales viven en la columna de agua y dependen de la fijación de energía solar por organismos fotosintéticos diminutos que conforman el fitoplancton; en el fondo (béntico), la energía proveniente de la materia orgánica de los cadáveres de organismos que habitaron en regiones más superficiales; los costeros que tienen una dinámica determinada por la interface del continente, océano y atmósfera. Son los más productivos, pero también los más amenazados.
Está el denominado ventilas hidrotermales, sitios completamente independientes de la energía solar, emanan sulfuros, hidrocarburos, ácidos orgánicos y amonio, sustancias químicas que sirven como fuentes de energía para comunidades de invertebrados sumamente especializadas. Además, se cuenta con otros, como humedales, lagunas costeras, playas, acantilados, dunas costeras, manglares, arrecifes, camas y bosques de diferentes tipos de algas, pastos marinos y montañas submarinas. Todos son considerados como espacios críticos, ya que en ellos se realizan procesos ecológicos y biológicos vitales para muchas especies de plantas y animales de importancia económica y biológica.
En ellos habitan organismos microscópicos como algas unicelulares e invertebrados que integran el plancton, fitoplancton y zooplancton, lo que conforma el primer eslabón de la red alimenticia. Las algas que habitan los mares son un grupo importante por su aportación de grandes cantidades de oxígeno al Planeta. En las regiones costeras, las grandes algas son un componente ecológico vital para el desarrollo de comunidades de invertebrados al servirles de refugio y alimento. Estos organismos forman grandes asociaciones de colonias muy vistosas, como las comunidades de sargazos, frente a las costas de Ensenada y Tijuana.
También se cuenta con invertebrados como esponjas, medusas, anemonas y corales, pulpos, caracoles, almejas, estrellas, erizos, pepinos de mar, planarias, poliquetos, camarones, cangrejos y langostas. Entre los vertebrados destacan tiburones, rayas, carpas, atunes, lenguados. Además de que están los mamíferos marinos, algunos de gran tamaño como el tiburón ballena, ballena azul que mide aproximadamente 30 metros de longitud y pesa alrededor de 120 toneladas, lo que la convierte en el animal más grande del Planeta. Los mares mexicanos también tienen en su haber, focas, lobos marinos, elefantes marinos, nutrias y manatíes, tortugas como la laúd, cocodrilos, caimanes y una especie de serpiente (Pelamis platurus), así como pelícanos, gaviotas, cormoranes, petreles, fragatas, playeros, ostreros y charranes, entre otras muchas.
Fuente: CONABIO
(*) Presidencia de la República
Estrés en pez mascota
Se ha descubierto que a pesar de esa tranquila y serena apariencia que nos fascinan de los peces mascota, también sufren de estrés, como los humanos y otras especies. Las causas son muchas: Vivir en condiciones ambientales artificiales diferentes a su hábitat natural, por carecer de su propio espacio para desarrollarse, mezclarlos con diferentes especies, cambios bruscos en la temperatura del agua y otras situaciones adversas provocan estrés en el pez y reducen su esperanza de vida. Otros factores que desencadenan el estrés entre los habitantes de las peceras son: Cloro o cloramina, elemento tóxico para los peces. Lo mismo ocurre con los derivados del nitrógeno: amonio, nitrito y nitrato, que al poseer distintos grados de toxicidad, se convierten en una elevada fuente de estrés. Estas incidencias obligan a todos los órganos de su cuerpo a trabajar más para poder garantizar su supervivencia.
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