Para la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), en el país se tienen identificadas tres rutas de traslado, extracción y acopio del tráfico ilegal de flora y fauna nacional.
De acuerdo a Javier Enrique Sosa, director general de Inspección y Vigilancia de Profepa, en el centro del país –ruta uno–, se da el acopio y mayor venta de las especies, por la masiva concentración humana que adquiere por lo regular cactáceas, orquídeas, pericos, reptiles, tortugas, monos araña, etc., sin importarle en muchas ocasiones a la gente si son especies en peligro de extinción.
En la ruta dos, destaca desde el Golfo de México hasta Reynosa, Matamoros, Nuevo Laredo y Monterrey, para de esta forma acceder a la población de dicha zona como a los Estados Unidos.
La ruta tres es desde la costa de Chiapas, Oaxaca y tierra caliente en Michoacán –entidades con mayor extracción de especies endémicas en el país– para subir hasta Tijuana y Mexicali.
Catalogó este delito como el tercero en cuestión de ganancias y, ejemplificó que a nivel global se estima que el tráfico de flora y fauna deja ganancias de 10 billones de dólares.
Habló que la Profepa está trabajando arduamente para remediar esta situación y tan sólo en 2009 se logró la incautación de 22 mil 346 especies de flora y fauna capturada en diversos operativos en todo México, que permitió poner a disposición de las autoridades judiciales de 60 personas y destacó que estos individuos de acuerdo a la ley, serán castigados con multas que van de los 20 mil a 50 mil salarios mínimos y penas de cárcel de 1 a 9 años.
Según la Profepa, el tráfico no se detiene pese a la pérdida permanente de especies y el funcionario dijo que del comercio ilegal, un 10.5 por ciento es de especies amenazadas y 4.2 por ciento en vías de extinción.
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