El polen que circula por el aire de la Ciudad de México, que aglomera a poco más de 20 millones de seres humanos, se hace necesario el buscar diversos sistemas de monitoreo de las causas de problemas de salud de su población como son las alergias y enfermedades crónicas como el asma bronquial, indicó María del Carmen Calderón Ezquerro, líder de la Red Mexicana de Aerobiología (Rema) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Esto debido a que México, a diferencia de países como Estados Unidos y España que son pioneros en este tipo de monitoreo, es necesario el “conocer las afectaciones que trae consigo un agente alergénico a la salud de la población y la cultura de prevención son de suma importancia para ambas naciones”.
Y es precisamente lo que la especialista en aerobiología y su equipo de trabajo pretenden implementar, ya que muchos de los diagnósticos que se hacen en relación a enfermedades respiratorias podrían ser más correctos si se considerara información respecto a los pólenes y sus efectos.
De acuerdo con la experta, la aerobiología es una ciencia multidisciplinaria que estudia la liberación, retención, dispersión, deposición e incidencia de las partículas y organismos biológicos (polen, hongos, ácaros) en el aire, así como su impacto en el entorno.
Explicó que de usarse un adecuado conocimiento e investigación en lo teórico y de campo de esta y otras ciencias, es posible que desde hace cuatro años la Rema opere con trabajos de monitoreo diario sobre qué tipo de polen está en el aire y así determinar su estructura biológica, niveles de concentración estacional y diurna y que tipo de alergias pueden ocasionar.
Además de esta labor, la Red Mexicana de Aerobiología efectúa trabajos de comparación entre la información recabada de dicho monitoreo y los diagnósticos médicos de pacientes que padecen alergias a pólenes; esto en colaboración con el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER).
Uno de los resultados de esta comparación fue que los síntomas de alergia por fresno incrementaron durante los tres primeros meses del año, un indicador que coincidió con los datos previamente generados por la Rema, y que responde a la falta de humedad atmosférica durante ese periodo de tiempo.
De ahí la importancia por parte de la Rema de generar dos herramientas básicas de información. La primera de ellas es un calendario polínico que muestre las variaciones de concentración polínica de un año a otro, tomando en cuenta las condiciones atmosféricas y la biología y fenomenología de la planta.
Y la segunda un atlas de pólenes que contenga datos acerca de los distintos tipos de plantas y sus pólenes existentes en nuestro país, niveles de alergenicidad, impacto que este tiene en el entorno y en el ser humano, graficas que señalen la variación estacional del polen y fotografías microscópicas del mismo.
Hasta el momento la red cuenta con cuatro estaciones de monitoreo ubicados en distintos puntos de la Ciudad de México, y una más en Toluca, capital del estado de México que cuenta con una población de 7 millones de personas, y se busca que en un futuro cada provincia cuente, por lo menos, con un centro de operaciones que monitoreé día a día los niveles polínicos en el aire.
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