El Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), denunció que el protocolo de investigación que promueve el gobierno mexicano y con el cual se están realizando las investigaciones sobre la mayor mortandad mundial de tortuga caguama (Caretta caretta) por pesca incidental es de corto alcance y no arrojará datos contundentes, lo cual no debe ser usado como pretexto para no tomar acciones basadas en la ciencia con el fin de proteger a los quelonios.
Cabe mencionar que este protocolo de investigación para determinar las causas de la muerte de la tortuga caguama del Pacífico norte, que es financiado en más de 1.4 millones de pesos por la Comisión Nacional de Áreas Protegidas (Conanp), establece que uno de los productos esperados es un informe-diagnóstico sobre la distribución, abundancia, biología y las potenciales causas de muerte de la tortuga amarilla «derivado del análisis bibliográfico».
En comunicado de prensa se informó que se puede leer el corto alcance y los resultados esperados al mencionarse que «…EI grupo de trabajo reconoce que se trata únicamente de un acercamiento a las posibles respuestas sobre las causas de mortalidad que han sido detectadas en años recientes a la tortuga caguama, toda vez que se trata del análisis de un periodo corto y que no se cuenta con muestras del episodio cuando se registró la mortalidad en su máxima intensidad…».
Por tal razón, Alejandro Olivera Bonilla, coordinador de políticas públicas de Cemda en el noroeste, comentó que «no estamos en contra de que se realice más investigación, sino que es necesario que se apoye a los científicos para generar una mejor información que brinde datos de calidad. A la vez, no se debe usar como pretexto para no tomar medidas inmediatas de conservación, pues ya existen años de investigación científica concluyente que respaldan la hipótesis de que las redes de pesca son las que dañan a las tortugas».
Las recientes investigaciones realizadas hasta el momento no han demostrado ningún dato concluyente y siguen en curso, hecho que contrasta a lo estipulado por la Comisión Nacional de Pesca (Conapesca) al afirmar que sólo el 1 por ciento de las tortugas mueren debido a las redes de pesca.
El activista añadió que «por el tipo de piel es muy difícil que las tortugas muestren señales de enmallamiento, inclusive in situ. Además se están haciendo esfuerzos en trabajar con tortugas que llevan días en estado de descomposición, situación que no es óptima y es reconocida por los mismos investigadores» continúo Olivera.
Al respecto, dijo que el protocolo establece que: «Una de las principales características de los cadáveres para obtener resultados confiables de los análisis forenses, es el tiempo que tienen de muertos e intemperizados, por lo que es altamente recomendable que los ejemplares de tortuga amarilla puedan ser obtenidos en mar abierto, pues cuando llegan a la orilla de la playa, el tiempo que llevan muertos hace que los tejidos sean en la mayoría de las ocasiones de muy baja calidad o inútiles.»
Comentarios Cerrados