De acuerdo a Ecomunidades, organización civil ambientalista, al dar a conocer su postura en materia energética destaca que en la actualidad los gobiernos poderosos prefieren perforar pozos en aguas profundas marinas o extraer el llamado gas y petróleo shale , por medio de la tecnología de fractura hidráulica o fracking del manto rocoso existente entre los 1,500 y los 4,000 metros de profundidad, donde se encuentran las lutitas o esquistos, que para su extracción consume enormes cantidades de agua y utiliza productos químicos muy tóxicos o venenosos; es decir que hay que invertir cada vez mucho más dinero en ese muy riesgoso y costoso negocio.
Lo cual es perjudicial ya que la economía mundial no podrá crecer en adelante sin la extracción de hidrocarburos -gas y petróleo- No Convencionales, unos energéticos que, además de su enorme costo económico, producen al menos diez veces más daños ambientales y quizás más aún sociales, lo que llevará a la aprobación de leyes cada vez más duras, injustas y antidemocráticas. Y que este infierno gasero que se quiere imponer en muchas regiones del mundo, mucho más vulnerables, como México, son sólo para salvar los grandes negocios transnacionales.
La catástrofe climática de dimensiones apocalípticas que enfrentamos hoy, lleva a que un número creciente de organizaciones sociales del mundo adopten la consigna: DEJAR EN EL SUBSUELO AL PETRÓLEO, EL CARBÓN EN EL HOYO, EL GAS BAJO LA TIERRA (Leave the oil under the soil! leave the coal in the hole! Leave the gas under the grass!) Esta consigna se impone como la única posible ante la violencia, la corrupción y despiadada destrucción ecológica y también, ante la distorsión y el desgarramiento del tejido social, ya causados antes por la era del petróleo barato, iniciada a fines del siglo XIX.
En comunicado de prensa se informó que las organizaciones ecologistas de México deben de: Rechazar rotundamente cualquier cambio legal que facilite la aplicación en México de las principales tecnologías que propone la reforma energética de Peña Nieto: el fracking para extraer gas shale o de lutitas.
Oponerse a cualquier cambio constitucional o de leyes secundarias promovido con el propósito de aumentar la extracción de gas y petróleo en México o permitir la intervención de empresas transnacionales en cualquier nivel de operación del gas, el petróleo o la electricidad, tal como lo propone la reforma energética de Peña Nieto.
Exigir a la brevedad posible la aprobación de un programa a diez años, para reducir en 80% la exportación de petróleo, la importación de gas y el consumo interno actual de gas y petróleo.
Reclamar a los gobiernos y las instituciones educativas la difusión de la más amplia información sobre lo que representa mundialmente la extracción de gas shale por medio del fracking y la perforación en aguas profundas, en términos de RIESGO AMBIENTAL Y SOCIAL Y DE SEGURIDAD CIUDADANA.
Exigir la elaboración urgente de un Programa para la Transición Petrolera y Energética que promueva la Reducción Radical en el despilfarro de energía: de la electricidad, las gasolinas y los productos del petróleo, en el campo y la ciudad.
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