El Secretario de Medio Ambiente, Víctor M. Toledo, inauguró el ciclo de videoconferencias que organiza la dependencia federal para conmemorar el Mes del Bosque, o la Fiesta del Bosque, con el objetivo de reflexionar sobre la importancia de estos ecosistemas boscosos y su protección, así como concientizar a la sociedad en general sobre cómo los árboles intervienen en nuestras vidas en los ámbitos ecológico, social y económico.
Al abrir con el tema de Bosques y Cambio Climático, el funcionario federal aseguró que el gobierno de la Cuarta Transformación realiza acciones importantes en varias vertientes dirigidas al mantenimiento de bosques y selvas y de otras coberturas forestales mediante la conservación y la reforestación, que contribuyen a mitigar el calentamiento global.
Destacó cuatro programas que, en su conjunto, hacen un aporte importante a los esfuerzos de adaptación y mitigación del cambio climático:
- Sembrando Vida que, a finales del 2020 tendrá integrados 408 mil productores pertenecientes a 39 pueblos originarios indígenas de 20 estados que están trabajando sistemas agroforestales en un millón de hectáreas.
- Producción para el Bienestar, encabezado por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, el cual apoya a 2.8 millones de pequeños y medianos productores agropecuarios del país, de los cuales 657 mil pertenecen a comunidades indígenas, mediante prácticas agroecológicas y con respeto a sus saberes ancestrales.
- Uno de apoyo a las comunidades para el restablecimiento y mantenimiento de los bosques, a cargo de la Comisión Nacional Forestal.
- Producir conservando y Conservar produciendo, de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, encauzado a proteger los ecosistemas boscosos y su biodiversidad.
En su intervención, la directora general del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, Amparo Martínez Arroyo, aseguró que los bosques y selvas constituyen la herramienta más robusta que tiene México para avanzar en el combate al cambio climático, ya que absorben el 29% de las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Señaló que el calentamiento global se suma y potencia de manera significativa todas las crisis que enfrentan las zonas boscosas de nuestro país, como las aguas no tratadas y el agotamiento de los suelos por cambios de ese recurso. Advirtió que, si no se logra parar todo este deterioro a nivel mundial, las selvas habrán desaparecido hacia el 2099.
Por su parte, Adrián Pedrozo Acuña, director general del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua, detalló que dada su función en el ciclo hidrológico y de captura de carbono, se debe actuar en el restablecimiento de la cobertura forestal que en México representa un potencial de 900 millones de hectáreas, pero que corre el riesgo de disminuir a 225 millones si crece el calentamiento global.
Planteó que es factible activar una estrategia de gestión del agua invisible que se concentra en los bosques, debido a que estos aportan hasta el 90% de la formación de nubes de lluvia en el mundo mediante evapotranspiración, y ese flujo de “ríos invisibles” circula entre la atmósfera y la cobertura forestal.
En tanto Roberto Aviña Carlín, comisionado nacional de Áreas Naturales Protegidas, consideró que se debe definir un nuevo esquema de ANP bajo un manejo sustentable de los bosques para cambiar el paradigma actual que sólo establece medidas prohibitivas y deriva en muchos de los problemas actuales, como la tala ilegal.
Subrayó que es importante trascender al esquema de “conservar produciendo y producir para conservar”, sobre todo ante el panorama post COVID que fortalecerá la visión mundial de una participación multisectorial para hacer frente al cambio climático, en donde las unidades de manejo forestal y de la vida silvestre jugarán un papel clave.
Blanca Alicia Mendoza, procuradora federal de Protección al Ambiente, insistió en la necesidad de garantizar un verdadero Estado de Derecho en materia de justicia ambiental, toda vez que en 2018 México se convirtió en el decimoséptimo país del mundo con mayor pérdida de cobertura forestal por tala ilegal, hasta 267 mil 731 hectáreas, el registro más alto de la década.
Reconoció que la prioridad en este campo es detener el avance de la delincuencia organizada y, de manera paralela, evitar que se siga dañando el bosque y conservar lo que todavía se encuentra en buenas condiciones.
Finalmente, León Jorge Castaños Martínez, director general de la Comisión Nacional Forestal, subrayó que las estrategias de restauración de los bosques deben considerar los problemas que generan actividades inadecuadas, como la extracción de recursos no maderables, la ganadería extensiva, la agricultura en laderas y el cambio de uso de suelo, entre otros.
Coincidió en la importancia de desarrollar actividades de aprovechamiento forestal sustentable, ya que este sector contribuiría con el 25% del compromiso de México al Acuerdo de París, para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el 2030.
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