Desde el miércoles pasado están prohibidas en supermercados, pero no se hace lo mismo con los millones de botellas de plástico que se turan a la basura.
Las reformas a la Ley de Residuos Sólidos del Distrito Federal, que entró en vigor el miércoles pasado y cuyas sanciones se aplicarían un día después, serán nonatas porque al no contar con reglamento es auténtica letra muerta, según declara a los cuatro vientos, el presidente de la Comisión de Preservación del Medio Ambiente de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, José Alberto Couttolenc.
Un hecho que no se ha tomado en cuenta es que las bolsas que proponen los asambleístas son muchos más contaminantes que las que prohíben.
El Gobierno del Distrito Federal (GDF) aseveró que el jueves pasado se comenzaría a sancionar con 36 horas de cárcel inconmutables o de mil a 20 mil días de salario mínimo a establecimientos que entreguen bolsas de plástico gratuitas, dijo la consejera jurídica del GDF, Leticia Bonifaz Alonso, quien agregó que para dentro de un mes se contaría con la reglamentación para aplicar las sanciones.
Los asambleístas de la Revolución Democrática alertan a los propietarios o encargados de establecimientos mercantiles de la capital mexicana para que no se dejen chantajear por inspectores y seudoinspectores.
La Asociación Nacional de la Industria del Plástico, el Instituto Mexicano del Plástico Industrial y la Asociación Nacional de Tiendas Departamentales y de Autoservicio (Antad) demandaron, insistentemente, al gobierno capitalino posponer la entrada en vigencia de las reformas, mientras los asambleístas aprobaban nuevas reformas o las hacían claras, porque las actuales son más que confusas.
Todo este arguende del que tal parece nadie sabe nada o no quieren saber nada, tiene una finalidad: Es que el jefe de Gobierno del Distrito Federal (GDF) y los asambleístas no quieren que las tiendas chiquitas y grandotas regalen bolsas de plástico para que los clientes carguen los productos comprados.
Lo que quieren es que el cliente pague la bolsa de plástico porque así a la gente le dolerá el bolsillo y cuidará las mismas. En caso contrario, los changarros regalen bolsas biodegradables. Lo demás es lo de menos.
Vicente Yáñez, presidente de la ANTAD, asegura que como está la ley implica que los comercios pequeños, medianos, tiendas, puestos de mercados públicos, locales establecidos, grandes cadenas comerciales y empresas no podrán expender productos envasados o empaquetados en plástico, lo que significa que la gente tiene que llevar sus recipientes para que se le despache el aceite, azúcar, leche, embutidos, limpiapisos, arroz, frijoles, shampoo, jabones líquido y en polvo. Esto es una locura y lo tienen que corregir y especificar claramente.
De acuerdo con los afectados, entre las modificaciones que se hicieron, destaca la del artículo 2, apartado XVII establece que si no se usan materiales biodegradables se prohíbe la transportación, envase y contención de productos. Aquí también se encuentra incluido el manejo de los residuos sólidos.
En el artículo 25 se prohíbe la gratuidad de las bolsas de plásticos en los establecimientos mercantiles.
Además, el artículo 26 Bis trata la obligatoriedad de usar bolsas biodegradables que se desintegran en un máximo de un lustro, que no dañen el Medioambiente; las bolsas de plástico deben ser vendidas en un peso para que la gente las cuide y no termine taponando los drenajes del Distrito Federal, en mares, lagunas, lagos, arroyos, ríos y calles.
Para los changarros que no respeten la normatividad se castigará con 36 horas de arresto inconmutables o multas que van de los 57 mil a más de un millón pesos.
NUMERALIA
En México se usa un millón 747 mil 200 barriles de petróleo al año para producir 390 mil toneladas de bolsas de plástico, de las que se obtienen 29 mil 739 millones 855 mil bolsas de plástico, lo que da un consumo diario de 81 millones 479 mil 54 bolsas y de las cuales, en la ciudad de México requiere 20 millones.
La prohibición de las bolsas de plástico causará el cierre de 800 empresas, pérdida de 30 mil empleos directos de los 150 mil que da esta industria, la cual representa un valor de 20 mil millones de dólares al año y deja ganancias por más de 5 mil millones de pesos, información proporcionada por Instituto Mexicano del Plástico Industrial y la Asociación Nacional de la Industria del Plástico.
Asimismo, se dio a conocer que cada individuo en el mundo consume 288 bolsas de plástico al año y, en general, 35 kilogramos anuales de plástico. Mucha gente no lo sabe, pero la cantidad aumenta con el paso del tiempo. El 5 por ciento de la producción petrolera anual se usa para fabricar plástico.
Diferencias
Bolsas degradables son aquellas que se desintegran en 12 ó 24 meses, gracias a que en el proceso de producción del plástico se le agrega un aditivo para que pierda sus propiedades físicas y de resistencia. A esta tecnología se la conoce como oxidegradable. Las bolsas biodegradables están hechas de almidón de soya, papa, maíz, caña y bambú y se transforman en 90, 120 y 180 días, como algunos alimentos. El ciento de éstas cuesta 60 pesos.
Más caro el caldo que las albóndigas
La contaminación que genera una bolsa de plástico 100 por ciento biodegradable es 21 veces más contaminante que la generada por las tradicionales, toda vez que en su proceso de reintegración a la Naturaleza que dura poco más de un año genera metano en lugar de dióxido de carbono (C02). Por ello, es preferible reciclar las tradicionales que sustituirlas por totalmente biodegradables, asevera el experto Benjamín Ruíz, integrante del Claustro de la Facultad de Química de la UNAM.
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