Patricia Escalante, investigadora del Instituto de Biología (IB) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que la Guacamaya Roja está severamente amenazada desde los años 70 por su comercialización como mascotas.
Detalló que “el humano es egoísta y busca enriquecerse a costa de las poblaciones naturales. Roban polluelos del nido, los alimentan mal y los transportan hacinados en cajas; sólo uno de cada 10 sobrevive”.
Antes, refirió, estas aves volaban libres en estados como Tamaulipas, San Luis Potosí o Campeche, pero debido a su merma poblacional, ahora sólo son avistadas ocasionalmente en el corredor selvático que comunica a Oaxaca, Chiapas y Guatemala.
La académica detalló el programa con el que la Universidad busca reintroducir a esta especie en su ambiente natural. “En 2014, el parque Xcaret —con un criadero en la Riviera Maya y asesorado por la UNAM— donó 29 aves que fueron liberadas en la sierra veracruzana de Santa Martha, en la reserva ecológica La Otra Opción. La parvada se asentó en torno a una cascada, en donde se alimentó de semillas y fruta (a un año de distancia sobreviven 17 especímenes)”, dijo.
Con el fin de dar continuidad a este esfuerzo, biólogos universitarios brindan pláticas a las comunidades de la zona para crear conciencia sobre la importancia de estas criaturas. Así, los interesados aprenden a cuidarlas, protegerlas de los cazadores, darles de comer, mantenerlas, atraer turismo y fortalecer la economía regional.
Dijo que todos pueden hacer algo para evitar la extinción de estas especies como es que los citadinos evitan comprar seres en peligro de extinción y exigen leyes más estrictas en el rubro. Si se desea una mascota lo mejor es optar por perros o gatos, aseveró.
Mencionó que “quien guste de estas aves puede visitar la zona ecológica donde fueron soltadas, pues además de apreciar el espectáculo de verlas volar, contribuirán económicamente con la región”.
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