El tránsito vehicular es la fuente más grave de ruido ambiental, un problema que “todos los días se incrementa” debido a los más de cinco millones de automóviles que circulan en la zona metropolitana del Valle de México (donde viven más de 25 millones de mexicanos), alertó el doctor Fausto Eduardo Rodríguez Manzo, profesor-investigador de la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), ubicada el enorte de la Ciudad de México (CDMX).
En segundo lugar se ubica la circulación aérea, seguida por los trenes de carga y la actividad industrial, que en conjunto configuran apenas una parte del gran trastorno acústico que incide en materia urbana, medioambiental y de salud pública, incluso reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Dijo que “el gobierno y los ciudadanos debemos procurar una convivencia mucho más sana, ya que la calidad de vida depende de la sensibilización y la toma de conciencia en torno a este tema, que podría resolverse con campañas permanentes, sobre todo en las escuelas, para impulsar la idea de urbes sin ruido”.
Este fenómeno puede ocasionar daños físicos y mentales, e incluso “pérdida del oído y generación de estrés, a grado tal que podría provocar infarto”, manifestó el académico.
Indicó lo anterior al presentar el libro Ruido y ciudad. El problema de contaminación que afecta severamente la calidad de vida de nuestras ciudades, en donde, sostuvo que el texto plantea un panorama general del asunto y podría servir de guía en el curso de investigaciones concretas para mejorar la reglamentación en el mundo.
Rodríguez Manzo mencionó que contiene el concepto de la urbanofonía, un efecto sonoro producido por la presencia de la ciudad, es decir, no son sonidos simples del tránsito terrestre o aéreo, sino la combinación de todos, los cuales son absorbidos o reflejados debido a la presencia de edificios, pues ese conjunto de resonancias se escucha diferente en el campo”, enfatizó.
El libro contiene información amplia en español distribuida en seis capítulos y presentada al lector de manera poco especializada: inicia con una introducción acerca del sonido, prosigue con el ambiente sonoro de la ciudad, aspecto ignorado por los urbanistas en planeación y construcción, y que afecta a todos los seres vivos, no solamente a los humanos.
De acuerdo con el Coordinador de Investigación del Área de Análisis y Diseño Acústico, la obra es un producto de ciencia básica apoyado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) del gobierno mexicano y enfocado a atender el espacio urbano de la Ciudad de México, al constituirse “en un marco teórico donde se describen todos los elementos que intervienen en la producción del ruido ambiental en las urbes”.
En la publicación se plantea la necesidad de controlar el otorgamiento de licencias para el emprendimiento de obras públicas conforme al impacto que el ruido de determinada construcción ocasionaría a los vecinos de la misma. Además menciona que las empresas deberían tomar acciones para mitigarlo cuando es excesivo.
Por su parte, Ernesto Noriega Estrada, jefe del Departamento de Procesos y Técnicas de Realización de la Unidad Azcapotzalco de la UAM, resaltó que la publicación trata una problemática de contaminación vista desde el ámbito de la arquitectura “cuya incidencia en la vida cotidiana coloca este tópico como relevante y urgente de trabajar en un país como el nuestro donde existen pocos estudios el respecto”.
También incluye ejemplos desde las repercusiones en la salud, al tiempo que reseña una tradición diaria que siguen algunas personas que ven afectado su oído debido a fuentes sonoras que lo perturban”, apuntó.
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