La Fundación Heinrich Boll, dio a conocer que hoy como nunca se extraen hidrocarburos del subsuelo, lo cual, también trae acarreado los conflictos socioambientales con el uso de nuevos métodos de extracción como es el fracking.
El gas natural es considerado un combustible puente en el paso de uso de combustibles renovables y, si bien emite 32% menos emisiones que el petróleo, en su proceso de creación en términos generales es más contaminante. Siendo este punto un sector que puede ser analizado con la presencia de dónde se ubican los ductos de hidrocarburos.
De ahí que se mapeará está realidad y sea un factor de contribución a
una política energética sustentable con un futuro adecuado.
Al respecto, Beatriz Olivera, integrante de la Alianza mexicana contra el Fracking indicó que los conflictos de paso de gasoductos se han incrementado que suman 11 al sector de hidrocarburos, ello de los 61 que registran las autoridades.
Siendo significativo el caso de 4 conflictos que es el gasoducto Tuxpan-Tula de Transcanada que afecta a 130 comunidades originarias de Puebla, Morelos y Tlaxcala, empresa que también tiene otras dos denuncias en el paso de los gasoductos.
En donde dé comienzo el problema fue la falta de una consulta de paso de los tubos en terrenos ejidales. Aunado a no saber si ese gas es extraído con sistemas como fracking que usa hasta 69 tipos de químicos y gastos estratosféricos de agua.
Lamentó la grave disparidad de información en México sobre pozos de fracking y, que una cifras indican que son 924, pero la Secretaría de Energía (SENER) dice que existen 1,300 pozos en Chicontepec. Demostrando una franca problemática de acceso a la información.
Calificó de un mito el apostarle al gas natural en México y dijo que la ley de transición energética debiera impulsar de mayor manera al sector renovable, pues el gas natural en su proceso completo desmitifica ser más sustentable que el petróleo. Ejemplo es que en unos 20 años, este sector impactará y aumentará las emisiones nacionales en un 20% mayor a diferencia de los combustibles a base de petróleo.
Se detalló que las nuevas leyes de transparencia en este rubro en lugar de ayudar, lo han complicado al cerrar el paso del acceso a la información de energéticos, que en ciertos sectores se califica de “seguridad nacional”, pero que la propia burocracia y problemas de coordinación permite encontrar esos datos de forma aleatoria.
Más todo ello, redunda en que México, no tiene o busca crear un plan adecuado de protección civil en los problemas de fugas de ductos o sus daños ambientales, sociales, económicos y biodiversos por su presencia.
Siendo contradictorio que México, supedite no brindar esta información debido a la “seguridad nacional”, cuando sus mayores socios, Estados Unidos y Canadá tienen páginas web en donde publican ubicación y realidad de sus ductos de hidrocarburos.
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