Las dunas costeras en México son un ecosistema que requiere de diversas atenciones para su protección, aunado a que es un bioma de gran extensión, poco más de 800 mil hectáreas distribuidas en el océano pacifico y el Golfo de México, que rodean al país y se ubican en 17 estados que suman 156 municipios.
Ya que estos ecosistemas se encuentran en diferentes estados de conservación y grados de amenaza y se calcula que la tercera parte de las dunas del país han soportado transformaciones (principalmente a usos urbanos y agropecuarios) y el resto permanece natural.
Por otro lado, se consideran dunas amenazadas, aquellas en las que se han construido poblados, porque las abaten y se pierden los servicios ambientales, en especial el de protección a las mismas localidades costeras porque aumenta la vulnerabilidad de la población que en ellas habita.
Sin embargo, a pesar de su extensión y presencia en todos los estados costeros, estos sistemas han sido poco estudiados y valorados en México; por tal razón, la actual administración federal considera el actuar ante la importancia de las dunas costeras que proveen de recursos naturales al ser humano como es la generación de alimento, bebida, combustible, material para construcción, abrigo y productos farmacéuticos.
Aunado a su valor paisajístico y turístico que debe cuidarse no intervengan en sus procesos de purificación del agua y del aire, descomposición de la basura, regulación del clima, regeneración de la fertilidad del suelo, mitigación de sequías e inundaciones, polinización de los cultivos y de la vegetación natural, dispersión de semillas, ciclo y movimiento de nutrientes, control de plagas, protección de los rayos ultravioleta del sol, y producción, así como mantenimiento de la biodiversidad.
Por ello, la Comisión Nacional Forestal busca que las dunas costeras, con y sin vegetación que se han denominado “zonas protectoras” sean cuidadas a través de su programa de Proyectos Especiales, de la Gerencia de Conservación y Restauración Forestal.
Comentarios Cerrados