Sustentabilidad

Urbe 2013

CAMPO Y DESARROLLO

La primera medida trascendente que tomaron las autoridades federales tras las reformas al 27 Constitucional, realizadas durante la administración del expresidente Salinas, fue dividir en paquetes el movimiento campesino existente, altamente politizado y que llegó a contar hasta con 120 organizaciones político-agrarias. La decisión consistió en organizar a los auténticos productores para que tuvieran acceso a todos los beneficios consecuentes, mientras que los líderes que desearan mantener a sus organizaciones en el ámbito puramente grillesco su pago sería grilla. Así, trigueros, maiceros, cafeticultores y otros más lograron contar con organizaciones que atendían, primordialmente, a los productores y no a los caprichos de sus líderes que lo único que buscaban eran puestos de representación popular. Los tiempos en que el campo sólo producía votos iba quedando atrás. Este antecedente es el que ahora retoma la Secretaría de Agricultura (Sagarpa) para fincar la reforma al campo. Los agroproductores no tienen interés alguno en ser diputados, alcaldes, senadores ni nada por el estilo; sólo desean que se paguen mejor sus cosechas, tener crédito adecuado y recibir atención adecuada frente a los fenómenos climáticos y económicos. Nada más.

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