CAMPO Y DESARROLLO
La FAO, en conjunto con instituciones gubernamentales, en consulta con la academia y diversas agrupaciones mexicanas de la sociedad civil, han identificado cuatro principales áreas de cooperación:
- Apoyo a la Cruzada Nacional contra el Hambre/Programa Nacional México sin Hambre.
- Cooperación en la formulación y evaluación de políticas y en la ejecución de programas públicos para hacer más productivo el campo mexicano.
- Apoyo a la sustentabilidad ambiental, resiliencia y economía verde como herramientas frente al Cambio Climático y otros riesgos y eventos extraordinarios.
- Incentivar la presencia de México en el mundo, particularmente en América Latina y el Caribe, mediante esquemas de Cooperación Sur-Sur y de Cooperación Horizontal y Vertical.
Estas áreas prioritarias de cooperación se traducen en objetivos y actividades concretas con indicadores verificables que permiten el monitoreo del instrumento, y confirman el rumbo de la estrecha colaboración existente entre la FAO y el Gobierno de México. Son las metas para lo que resta del presente sexenio.
CÓMO REDUCIR POLUCIÓN EN LA CAPITAL MEXICANA
El día que realmente quieran hacer una verdadera gestión ambiental en la ciudad de México, será muy simple y sencillo, pues únicamente es homologar las Normas Oficiales con las de la Organización Mundial de la Salud. Los máximos permisibles de aquí, de algunos de los reglamentos son de 200 y hasta 500 por ciento superiores a los de la OMS. Es obvio que con esas grandes diferencias, los males respiratorios y los fallecimientos por esas causas estén al orden del día. Sabido es de las autoridades que el mínimo de muertos al año por la exposición permanente a altísimas concentraciones de contaminantes deja un mínimo de muertos de 5,000 y quizá de hasta 35,000 en lo que era la Zona Metropolitana de la ciudad de México. Aunque la primera cifra se maneja como cierta, la segunda, se usa como posibilidad, pero solamente eso, para los pelos de punta. El PNUMA mide muy fácil el número de personas muertas por contaminación atmosférica, sólo recomienda multiplicar por 5 ó 6 el número de fallecidos por atropellamiento con automotores. El segundo paso para reducir las altísimas concentraciones de polución atmosférica aquí, también es muy sencillo, poner una red de transporte público de pasajeros eficiente y suficiente, pero no como el metrobús, copia del sistema que opera en Curitiva, Brasil, e implantada por los perredistas, porque es una verdadera porquería. Quizá el jefe de gobierno capitalino lo sabe y se hace de la vista gorda, pero lo más seguro es que ni idea tiene del infame servicio público de pasajeros que se tiene, sobre todo, porque él no se traslada en ese transporte. Él va cómodamente en su camioneta y cuando tiene prisa, la policía le abre camino en esta jungla de asfalto y cuando se le hace tarde, pues simplemente se va en un helicóptero, pequeñísima, pero muy pequeña facilidad que no tiene el grueso de la ciudadanía. Solamente cuando el transporte público de pasajeros sea bueno, de calidad, eficiente y suficiente y desde luego, seguro, los automovilistas se animarán a dejar el carro. Por cierto, señor Mancera Espinosa, usted y su gente se comprometió a mejorar notablemente el servicio del Metro, y aunque el precio del boleto subió arbitrariamente, no solamente no mejoró la calidad, sino que empeoró. Y el tercer paso para reducir considerablemente la polución consiste en que se reformulen las refinerías mexicanas públicas que aún quedan para que se pueda producir por fin, después de tantos años de posponerse, combustibles ultra bajo azufre y de mayor octanaje. Mientras Miguel Ángel Mancera Espinosa y su gabinete sean incapaces de acabar con la corrupción que impera en verificentros, todo lo demás, es utopía. Así que los automovilistas seguirán sufriendo las horas picos y la población enfermándose y muriéndose a causa de la polución. Y para acabar, hay que citar que evitar que un carro no circule 8 y a veces 9 días al mes, definitivamente no es la solución para acabar con la contaminación. Eso, es solamente cargarle las pulgas a las personas que no tienen dinero para comprarse un carro cada 8 años para circular todos los días.
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