José Manuel López Castro
Luis E. Velasco Yépez
CAMPO Y DESARROLLO
Un seguimiento puntual a las informaciones que cotidianamente envía el Meteorológico Nacional (SMN) revela algo positivo para México: lluvias constantes por tercer año consecutivo. Es curioso que al término de la primera semana de febrero se sigan presentando en el noroeste, norte y noreste nacionales. La tradición indica que las cabañuelas o zápatas (como se les llama en el norte a las lluvias invernales) sólo se presentaban en el noroeste, a finales de diciembre y casi todo enero. Este año, al igual que los dos anteriores, el régimen pluvial norteño se rompió y hasta el desierto recibe los beneficios de esos fenómenos. Desde luego, el sureste continúa con su régimen normal, a excepción de unos cuantos puntos donde la sequía hace de las suyas. Curiosamente, la meseta central y el Altiplano no tienen la misma suerte o la tienen en menor grado. Dentro de una semana, faltarían tan sólo tres meses para el inicio formal de la temporada pluvial anual y, por lo menos febrero que, según la tradición ancestral, “es loco y marzo otro poco”, podrían seguir presentando lluvias que benefician a los cultivos de temporal que cubren más de 20 hectáreas arables en el territorio nacional.
Bondades maravillosas de la naturación urbana
Aunque mucha gente no lo tome en serio ni crea en la naturación de azoteas y muros como una parte importante de la gestión ambiental, resulta que estas medidas acarrean importantes beneficios medioambientales. De acuerdo con Margarita Collada, de la UNAM y especialista en la materia, dice que si todas las azoteas de la ciudad de México las transformaran en verdes, la contaminación del aire se reduciría en tres cuartos y la temperatura sería menor en 4 grados centígrados. Además, la temperatura dentro de la vivienda disminuiría en dos grados. Por cada metro cuadrado que se tenga de azotea naturada, se garantiza la infiltración de más 200 litros de agua de lluvia al año. Por lo que toca a los muros verdes, al especialista asevera que entre otros beneficios que se logran, está disminuir 40 por ciento de la contaminación sónica. Para los interesados en la naturación, se menciona que el metro cuadrado tiene un costo que va de los 1,400 a los 2,000 pesos y el gobierno de la ciudad le reduce el pago del predial en 10 por ciento. Es lamentable que la propia Secretaría de Medio Ambiente del DF oculte los beneficios de la naturación, que no se pueda obtener información al respecto. Nadie sabe en dónde están las oficinas para convertir en verde a las azoteas.
Aceleran hundimiento de la Ciudad de México
Hacer dos nuevos pozos, de 800 y 2000 metros, en Ciudad Deportiva de la Magdalena Mixhuca para dotar de más agua potable a la población de ese rumbo no es nada inteligente ni razonable, tampoco sustentable, toda que para subir el vital líquido desde esas profundidad a la superficie del suelo, se tendrá gasto intensivo de energía eléctrica y, además, acelerará aún más el hundimiento del Distrito Federal, advierta la especialista en la materia, Elena Burns, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana. La solución para abastecer la demanda del elemento es captar, tratar y utilizar 800 millones de metros cúbicos de agua de lluvia al año; esto no es nuevo, indica la científica, pues se lleva a cabo en diversas ciudades del mundo. De acuerdo a la información que tenemos, en la ciudad de México se consumen alrededor de 1,103’760,000 metros cúbicos de agua al año, cuya mayor parte se obtienen de la sobreexplotación de los acuíferos y el resto del Sistema Cutzamala. El expresidente Echeverría hizo cosas buenas como el actual Drenaje Profundo, el cual no estaba pensado para ese fin, sino para almacenar la de lluvia. Sin embargo, ante la imperiosa necesidad de evitar inundaciones en la ciudad, finalmente se modificó para usarlo como drenaje.
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