Algunos padres de familia mexicanos desconocen los beneficios que un curso de verano puede generar en sus hijos, de ahí que la mayoría no lo considere una opción de esparcimiento para el periodo vacacional, afirmó Patricia De la Fuente, doctora en desarrollo y psicología infantiles, de ahí que para el 28% de ellos, los días de vacaciones resulten más estresantes.
Indicó que según con un estudio del Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE) realizado en 2015, el 75.6 por ciento de los papás no considera el curso de verano dentro de su plan de vacaciones, una decisión que de acuerdo con la también fundadora de SEDI (Servicios Educativos para el Desarrollo Infantil) podría afectar el ritmo del aprendizaje de los niños, sobre todo si caen en lapsos muy prolongados de inactividad.
De la Fuente, asegura que dejar espacios prolongados de actividades sin un objetivo específico es muy perjudicial para los menores, por lo que recomienda no dejarse llevar por la pereza y la comodidad, e implementar acciones que los saquen de la rutina e incentiven su imaginación, lo que ayudará a estimular su área creativa.
De ahí que es importante estimular la creatividad de los niños, lo cual prepara a los infantes para encontrar diferentes respuestas y soluciones en la vida adulta. Añadió que los niños siempre están activos, de forma que todo el tiempo se encuentran realizando alguna actividad, descubriendo cosas nuevas, inventando juegos o desplazándose de un lugar a otro, por lo que es mandatorio dar buen cauce a su energía y propiciarles espacios que les permitan aprender sin el rigor del sistema escolarizado.
La encuesta de Comunicación Estratégica revela que sobre las temáticas que los padres eligen a la hora de decidirse por un curso de verano, la mayoría (24.7%) prefiere los deportivos, mientras que en segundo lugar (23.2%) optan por clases de regularización y como tercera opción (14.5%) prefieren enviarlos a un curso de idiomas.
Por su parte, el neuropsicólogo español, Álvaro Bilbao, indicó que el cerebro de niños tiende a perder concentración en la medida en que se incrementa el tiempo en la misma actividad, de ahí que una de las medidas es ofrecer al niño entornos distintos para diversas dinámicas que le permitan adquirir nuevos conocimientos y habilidades.
El autor del libro El cerebro del niño asegura que los espacios de descanso y tiempo libre son necesarios para dejar la mente en blanco y favorecer la creatividad y resolución de problemas. Sin embargo, recomienda ligar el tiempo libre con un objetivo, de manera que se aminoren las actividades académicas y a cambio se implementen las pedagógicas.
Los resultados del estudio destacan también que para el 28.4 por ciento de los papás, los días de vacaciones resultan más estresantes que durante el ciclo escolar, por lo que los cursos de verano significan un apoyo para los padres que laboran durante dicho periodo. “Los cursos de verano deben ser elegidos cuidadosamente a fin de incluir actividades físicas y recreativas, pero también dinámicas que estimulen el área cognitiva del cerebro de los niños”.
El citado estudio de GCE revela que las actividades de recreación o entretenimiento, así como los cursos de verano enfocados a artes o campamentos son las opciones menos elegidas por los papás.
La experta en educación infantil añadió que las actividades de verano deben estar relacionadas con la oportunidad de vivir nuevas experiencias recreativas y divertidas. Sin embargo, menciona que este periodo de descanso debe servir también para reforzar la relación familiar, por lo que se recomienda diseñar un plan de actividades donde estén involucrados tanto padres como hijos.
Las recomendaciones a la hora de elegir un curso de verano son:
1. Escuchar al niño.
2. Tomar en cuenta sus gustos.
3. Nivel de desarrollo del pequeño.
4. Ser consciente de sus necesidades físicas y psicológicas.
5. Observar su reacción ante sus nuevas actividades.
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