Considerada la principal causa de muerte en el país, las enfermedades cardiovasculares anualmente cobran la vida de más de 141 mil mexicanos adultos, con una importante incidencia de muerte cardiovascular a partir de los 45 años de edad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca que ocho de cada diez primeros infartos del corazón o eventos vasculares cerebrales (EVC) son prevenibles; sin embargo, la falta de estrategias de prevención contribuyen a incrementar el índice de mortalidad por eventos cardiacos, que anualmente cobra la vida de 17 millones de personas en el mundo, y se estima que para el año 2030 ascenderá a 23.6 millones.
Tan sólo en México, seis de cada diez mexicanos adultos están en riesgo de un infarto o un EVC, al presentar al menos un factor de riesgo cardiovascular como diabetes mellitus, hipertensión arterial, dislipidemias y sobrepeso/ obesidad.
Desafortunadamente la primera manifestación de la enfermedad cardiovascular es el infarto al corazón y muerte cardiovascular hasta en la mitad de los casos, de ahí la importancia de la detección temprana y un manejo terapéutico preventivo que reduzca la incidencia de riesgo cardiovascular.
De acuerdo con el “Plan de Acción Mundial para la Prevención y el Control de las Enfermedades no Transmisibles 2013-2020” de la OMS, entre sus principales metas está la prevención y reducción de la incidencia de los primeros ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares, mediante acciones de prevención primaria (hábitos saludables y control de hipertensión arterial, colesterol elevado y diabetes mellitus) y tratamiento farmacológico al menos en el 50% de las personas con factores de riesgo cardiovascular.
Y en ese sentido, el Dr. Javier Antezana, Jefe de la Unidad Coronaria del Hospital de Cardiología del Centro Médico Nacional Siglo XXI del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) del gobierno mexicano, aseveró que con base en guías clínicas nacionales e internacionales para la prevención de eventos cardiovasculares, la incorporación de Aspirina Protect (ácido acetilsalicílico 100 mg con capa entérica) en adultos con factores de riesgo cardiovascular, es una más de las estrategias terapéuticas para reducir el riesgo de un infarto al corazón o un EVC.
Por su parte, el Profesor Raffaele De Caterina, Director de la División de Cardiología de la Universidad D’Annunzio, Chieti–Pescara, Italia, expresó que esta medicina es reconocida en todo el mundo como la terapia estándar para la prevención primaria y secundaria de eventos cardiovasculares como el infarto del corazón y el evento vascular cerebral.
“Esta pastilla está indicada para la prevención de un primer infarto al corazón o un evento vascular cerebral (EVC) en adultos con más de un factor de riesgo cardiovascular, así también para evitar un nuevo infarto o EVC en personas que ya lo han padecido, logrando reducir el riesgo de eventos cardiovasculares graves y la mortalidad por estas causas”, agregó.
El investigador mencionó que múltiples estudios clínicos han demostrado los beneficios del ácido acetilsalicílico 100 mg con capa entérica en la prevención del primer evento cardiovascular al reducir en 23% en riesgo de un infarto al corazón y hasta en 18% los eventos coronarios mayores.
Y en prevención secundaria – dijo- un análisis publicado en la revista científica The Lancet que incluyó estudios donde participaron más de 17,000 hombres y mujeres que habían presentado previamente un infarto al corazón o un EVC, el ácido acetilsalicílico 100 mg con capa entérica redujo en 31% el riesgo de otro infarto cardiaco y en 22% el riesgo de un nuevo EVC.
Respecto al uso a largo plazo del ácido acetilsalicílico en dosis de 100 mg, el Profesor Ángel Lanas, Presidente del Servicio de Enfermedades Digestivas del Hospital Universitario “Lozano Blesa” de Zaragoza, España, destacó que precisamente la capa entérica con que cuenta el medicamento permite que el principio activo no se libere en el estómago, sino en el intestino, promoviendo una mejor dosificación y protegiendo al estómago de erosiones gastrointestinales.
Finalmente, los especialistas coincidieron en que la evidencia médico científica ratifica y corrobora los beneficios que esta medicina tiene en la protección cardiovascular, no obstante, son los profesionales médicos quienes, a partir del historial clínico y la evaluación de cada paciente, determinarán el uso de ácido acetilsalicílico en dosis bajas para sus pacientes.
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