* El Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco Suárez” realiza intervenciones novedosas con estimuladores cerebrales profundos y radiocirugía, para tratar este padecimiento.
La esperanza de vida conlleva a enfrentar enfermedades propias de la tercera edad, como es el mal de Parkinson, un padecimiento neurológico degenerativo que afecta a este sector de la población, sin embargo, los avances médicos revelan que existen dos alternativas de tratamiento que son la colocación de estimuladores cerebrales profundos y la radiocirugía.
Así lo informó Sergio Moreno Jiménez, jefe de la Unidad de Radiocirugía del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco Suárez” (INNN), quien detalló que estas dos intervenciones realizadas en los pacientes, permiten con éxito controlar las tres principales alteraciones de la enfermedad: los movimientos involuntarios, la rigidez de los músculos y la lentitud en los movimientos.
Explicó que, en primera instancia, el tratamiento que se suministra es farmacológico para que el paciente logre las condiciones adecuadas de salud para ser sometido a cualquiera de los dos procedimientos antes mencionados.
“La colocación de estimuladores cerebrales profundos consiste en colocar un electrodo en el área del cerebro afectado; se hace de manera bilateral, por lo que el paciente es anestesiado. Posteriormente, una vez que vuelve en sí, se inicia una serie de pruebas de estimulación para ver si hay mejoría al estimular los diferentes puntos afectados”, agregó.
Moreno Jiménez dijo que una vez identificado el lugar exacto donde se registra una mejor respuesta se fija el electrodo y se cierra la incisión, de tal manera que queden de forma intradérmica, con el fin de hacer las modificaciones necesarias. Agregó que este tipo de intervención logra una mejoría de hasta 80% en los principales síntomas de la enfermedad.
Al referirse al tratamiento de radiocirugía recomendó que este tipo de intervenciones se hace en pacientes considerados de alto riesgo quirúrgico, que consiste en lanzar radiaciones de forma externa para reactivar la zona afectada del cerebro, mediante un acelerador lineal.
El especialista detalló que la enfermedad de Parkinson es una alteración neurológica, caracterizada por la pérdida prematura de algunas células del cerebro, lo que ocasiona una disminución en la secreción de un neurotransmisor, llamado dopamina. Lo que provoca descontrol en la regulación motora.
Principalmente, se presenta en la población de la tercera edad, pero existen casos que en personas menores de 40 años, lo que se conoce como Parkinson juvenil.
Finalmente, indicó que los resultados obtenidos en el INNN de ambas intervenciones se presentaron durante la clausura de Fin de Año Académico de este instituto, donde se graduaron 55 médicos en las 18 especialidades y subespecialidades, entre las que destacan: neurocirugía, neurología, neuroanestesiología, cirugía de epilepsia y de columna vertebral, entre otras.
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