Según el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), organismo oficial que atiende la salud de unos 40 millones de mexicanos, informó que el 35% de los mexicanos tienen problemas de estreñimiento. En este sentido, 80% son mujeres.
El estreñimiento, de acuerdo con el Consenso Latinoamericano de Estreñimiento Crónico, éste se define como un trastorno funcional gastrointestinal con una evolución al menos de tres a seis meses, caracterizada por evacuaciones infrecuentes, dificultad en su paso y tiempo prolongado para lograr la deposición.
En un padecimiento crónico de este mal, se puede comprometer la calidad de vida del paciente, funcionamiento social y la capacidad para realizar sus actividades diarias. Las alteraciones en el área psicológica predominan sobre las alteraciones físicas. Su magnitud es comparable con aquellas reportadas en pacientes con alergias, alteraciones músculo-esqueléticas y enfermedad inflamatoria intestinal.
De acuerdo a especialistas como la Dra. Nuria Pérez y López. Especialista en Neurogastroenterología. Egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México, el estreñimiento tiene diversos sub-tipos de categorías como son:
El estreñimiento con tránsito colónico lento (inercia colónica): Este tipo se presenta con mayor frecuencia en mujeres jóvenes y puede asociarse con inflamación o dolor abdominal y urgencia para defecar, sin ser estos los síntomas predominantes
- Estreñimiento asociado con trastornos de la defecación. Este tipo se caracteriza por la incapacidad para evacuar adecuadamente la materia fecal almacenada en el recto, aun cuando el tránsito colónico sea normal.
- Estreñimiento con tránsito colónico normal. Estos pacientes, aunque no tienen alteraciones motoras a nivel colorrectal, creen estar estreñidos, ya que perciben dificultad para evacuar y aumento en la consistencia de las heces
Por ello una alternativa que da La Organización Mundial de la Salud (OMS) son los probióticos ya que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un beneficio a la salud del consumidor. Así mismo cada vez se dispone de más evidencia sobre las acciones beneficiosas de su administración en distintas patologías, pero es importante que la cepa de probiótico sea específica para lo que se pretende, no vale cualquier probiótico, y con ensayos clínicos de suficiente poder estadístico, que avalen su eficacia y su inocuidad.
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