Las organizaciones civiles El Poder del Consumidor y la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) hicieron un llamado a las autoridades educativas, legisladoras y legisladores para priorizar los derechos a la salud y alimentación adecuada en el entorno escolar para proteger a la infancia en México, ante el inicio del nuevo ciclo escolar 2023-2024.
Hoy, las escuelas del país vulneran los derechos infantiles al no cumplir con la regulación que prohíbe la venta de comida chatarra y bebidas azucaradas en todas las escuelas del país.
El Poder del Consumidor y la REDIM a través de la plataforma Mi Escuela Saludable, realizaron un ejercicio de vigilancia ciudadana a nivel nacional durante el ciclo escolar 2022-2023, periodo en el que se recibieron un total de 13,432 reportes a 9,381 escuelas del país, denunciando que 1 de cada 2 niños desarrollará diabetes en el futuro cercano sino se detiene la epidemia de obesidad que aqueja a la niñez y juventud del país.
Liliana Bahena, coordinadora de la campaña Mi Escuela Saludable declaró que “es inadmisible que niñas, niños y adolescentes estén iniciando nuevamente un ciclo escolar en espacios que promueven obesidad y enfermedad. A pesar de que hace más de una década existe una regulación que prohíbe la venta de comida chatarra, 9 de cada 10 escuelas venden cualquier tipo de dulces, frituras y bebidas con azúcares, edulcorantes y colorantes que dañan la salud, la nutrición y el aprendizaje.
Urge regular los entornos escolares sin conflicto de interés, que tengan disponibles únicamente alimentos naturales y cero acceso a productos chatarra; si no se transforman los ambientes escolares en saludables, no habrá forma de combatir a la obesidad infantil y sus consecuencias sociales y económicas”.
La obesidad infantil no sólo afecta la calidad de vida, la educación, la salud física y mental, también tiene consecuencias económicas, puesto que, su atención asciende a más de 650 mil millones de pesos anuales, es decir, de no realizar acciones urgentes para revertirlo nos destina a la muerte, enfermedad prematura y una catástrofe económica y social para el país.
Hoy, cerca de 4 millones de niñas y niños en edad escolar viven con obesidad infantil y las escuelas son parte del problema: tan solo en un día escolar, cada alumno consume tres productos chatarra que suman más de 550 calorías, provocando aumento de peso y el riesgo de desarrollar diabetes a lo largo de su vida.
Por todo lo anterior, las organizaciones civiles informaron que se deben crear escuelas libres de productos ultraprocesados y bebidas azucaradas; contar con una alimentación escolar universal y gratuita y, rechazar cualquier acción que interfiera en la creación de políticas públicas que buscan proteger los derechos de niñas, niños y adolescentes.
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