Con el fogón a punto

La anterior frase pendía de uno de los más antiguos restaurantes franceses que sentaron las bases y el oficio de la restauración que hoy podemos disfrutar en un completo crisol de estilos y variedades: los restaurantes. Si quiere pronunciar de forma correcta, en español se dice restaurante, no restaurant.

El restaurante tiene el único fin restaurar al individuo, proveerle los alimentos necesarios y bebidas que permitan saciar sus apetitos, pero, sobre todo, hambre y sed.

Gastronomía en su etimología explica: gastro = vientre y nomos = ley. Podemos definir el vocablo como conjunto de disposiciones que regulan todo lo referente a la comida.

La importancia del gastrónomo no sólo es brindarle los placeres al cuerpo, sino también, a través de ello, los elementos necesarios para nutrir.

Hacer un diario de los alimentos en cantidades y bebidas que se ingieren durante una semana, le permitirá saber todo lo que está ingiriendo, si encuentra el balance adecuado entre la ingesta de carbohidratos, dulces y azúcares, lácteos y derivados, carnes, aves y pescados, frutas y verduras y grasas.

Romper el balance de nuestra dieta y la falta de ejercicio puede acarrear graves enfermedades como sobrepeso, hipertensión o diabetes, entre otras.

Y no debe emplearse a la ligera sólo por fines de imagen y estética, porque el lado opuesto de romper el balance puede llevar a problemas de desnutrición, bulimia o anorexia.

Para funcionar correctamente y mantenerse sano, el cuerpo humano debe consumir diariamente alimentos ricos en vitaminas A, complejo B, C, D, E y K, proteínas animales y vegetales, grasas animales y vegetales, carbohidratos y minerales como azufre, calcio, cloro, cobre, flúor, fósforo, hierro, magnesio, manganeso, potasio, yodo, sodio y zinc.

Ingerir multivitamínicos es bueno, pero no en un plan de largo plazo. Un multivitamínico ayuda a balancear en el organismo la carencia de alguno de los elementos mencionados, pero es importante saber que el organismo reacciona mejor a la ingesta de alimentos de origen natural y no sintetizado.

La ingesta diaria de líquidos es sumamente importante para la función de nuestros órganos y células. No sólo nos mantiene hidratado, sino también purifica nuestro organismo, transporta, a través de la sangre, los nutriente a los órganos y actor principal para la oxigenación de nuestro cerebro.

Bebidas no calóricas, endulzadas, refrescos, bebidas deportivas, aguas de fruta, café y té, leche, bebidas alcohólicas y jugo de fruta brindan, en algunos casos, vitaminas y minerales que el cuerpo necesita, pero, en exceso, tomar alguna de ellas resulta ser perjudicial para el organismo al aportarle grandes cantidades de azúcares, grasas y sodios. No hay que olvidar beber de 6 a 8 vaso de agua al día para que nuestro organismo funcione de forma óptima.