Sin efectos secundarios adversos encontrados, el estudio concluyó que la transfusión de plasma convaleciente es una opción segura para pacientes con síntomas graves de COVID-19. Hasta la fecha, y a escala global, este ha sido el estudio cohorte más grande que se ha llevado a cabo para evaluar los resultados relacionados de esta terapia.
«Si bien los científicos médicos de todo el mundo trabajan en las pruebas de nuevos medicamentos y tratamientos contra el letal COVID-19, la terapia con suero convaleciente emerge como una de las estrategias médicas más prometedoras», dijo el Doctor James M. Musser, Jefe del Departamento de Patología y Medicina Genómica del Hospital Houston Methodist. » Al no tener aún cura o tratamientos efectivos comprobados contra el virus, tuvimos que actuar de manera rápida y probar esta terapia”. enfatizó el especialista.
Para el uso inicial de esta terapia, los pacientes fueron tratados bajo los lineamientos de emergencia de la Agencia de Medicamentos y Alimentación de los Estados Unidos (La FDA por sus siglas en inglés). Posteriormente, la FDA aprobó el 3 de abril que más pacientes fuesen tratados con la transfusión de plasma. Dicha aprobación extraordinariamente rápida por parte de la FDA, abrió el acceso al tratamiento de plasma convaleciente, para pacientes con COVID-19.
Esta terapia que se originó hace más de 100 años, permitió combatir la pandemia de gripe española en 1918. Incluso se utilizó con cierto éxito durante la pandemia del SARS en 2003, la pandemia de influenza H1N1 en 2009 y el brote de ébola en África del 2015. Después de que muchos pacientes en China mostraron mejoría con esta terapia en un estudio temprano realizado en dicho país durante el inicio de la pandemia del COVID-19, un equipo multidisciplinario de científicos médicos del Hospital Houston Methodist apuntó rápidamente a comenzar a combatir el COVID-19 con la terapia de suero convaleciente.
Dada la urgencia de encontrar tratamientos efectivos, se publicó un informe preliminar en el servidor médico de consulta medRxiv, que aún no ha sido revisado por otros investigadores colegas médicos. El manuscrito se titula «Tratamiento de plasma convaleciente para pacientes con COVID-19 en Houston, Texas». Dicho informe se envió para su revisión a una destacada revista médica, aunque no se trate aun de la versión final.
El doctor Musser es el autor del estudio. Por su parte, el Doctor Eric Salazar, Profesor Asistente de Patología y Medicina Genómica del Instituto de Investigación del Hospital Houston Methodist, es el investigador principal que dirigió el proyecto para tratar a pacientes críticos con COVID-19 mediante plasma convaleciente de personas recuperadas.
Estos resultados fueron muy similares a los obtenidos recientemente en el estudio de uso compasivo del antiviral Remdesivir para ayudar a tratar el COVID-19. También se concluyó que cualquier complicación observada estaba relacionada con los eventos reportados en la progresión del mismo COVID-19, y no provocados por las transfusiones de plasma. Los hallazgos generales fueron consistentes con varios otros estudios breves, también enfocados al uso de plasma convaleciente en pacientes críticos, reportados recientemente.
Aunque la terapia de plasma convaleciente administrada en el Hospital Houston Methodist se implementó bajo esquemas de tratamiento de emergencia, los autores del estudio consideran importante que se determine su eficacia terapéutica, a través de ensayos clínicos controlados. Actualmente se está considerando un estudio aleatorio controlado donde se analizarían variables como la aplicación de la transfusión después del inicio de los síntomas, el número y volumen de transfusiones según la biometría del paciente, los niveles de anticuerpos en el plasma del donante y muchos parámetros necesarios para evaluar efectivamente cómo optimizar esta terapia. Esto ayudaría a resolver dudas como por ejemplo saber si los pacientes tendrían mejores resultados si las transfusiones de plasma se administraran al iniciar los síntomas.
No todos los receptores de plasma convaleciente en Houston Methodist, hasta ahora, fueron parte de este primer ensayo. Desde finales de marzo, cuando se hicieron las primeras transfusiones, se han tratado 70 pacientes con COVID-19 en estado crítico, y al menos 30 han sido dados de alta y se están recuperando. Más de 150 personas recuperadas del COVID-19 donaron su plasma, y muchas de ellas continuaron haciéndolo con frecuencia.
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