Desde hace unos años, diversas razones han ocasionado que las empresas cambien sus políticas de desempeño, donde el ser socialmente responsable se ha convertido en un básico, pero igual se debe cuestionar si los consumidores debe serlo.
Ya que no sólo las empresas deben fomentar la visión social, sino también el cliente que puede influir y contribuir para generar un consumo consciente y responsable; Gustavo Pérez Berlanga, director de Responsabilidad Social de Toks, comentó al respecto que “un consumidor responsable es aquel que investiga qué hay detrás del producto que está adquiriendo, conociendo las prácticas para su producción y quienes están involucrados; es también el que exige que los precios sean justos, sin regateos, pues el costo es competitivo y relacionado con calidad y que ayuda a los productores a una vida más digna”.
Por ello, la responsabilidad social empata con el comercio justo o responsable, que busca cambiar los actuales modelos de relaciones económicas, con el fin de fortalecer a pequeños productores con el consumo de lo que ofrecen, a través de precios competitivos y mejores condiciones comerciales, para incidir en su desarrollo.
Como consumidores responsables podemos elegir productos que, además de calidad y precio, ofrezcan y proporcionen un cambio en la calidad de vida de los productores, con el que se mueva el sistema de consumo para la justicia social y el equilibrio ambiental.
Algunas formas de ser consumidor responsable pueden ser:
Consume de forma responsable: antes de comprar, piensa si lo necesitas realmente.
Las cuatro ‘R’: hay que reducir, reutilizar, reparar y reciclar los productos.
Ahorra papel: haz una lista con productos de papel desechable que utilizas habitualmente y piensa si puedes reducir su consumo.
Busca opciones para reutilizar el agua, con el fin de evitar su desperdicio.
Compra electrodomésticos eficientes y usa focos de bajo consumo.
Si puedes ahorrar un viaje en coche, hazlo. Usa el transporte público o la bicicleta.
Lee las etiquetas y consume productos saludables, autóctonos y de temporada. Acércate a los productos ecológicos y de comercio justo.
Rechaza aquellos productos que no te facilitan la información que necesites para elegir de forma responsable.
Es necesario inculcar a las generaciones futuras la necesidad de preservar el entorno natural.
Cambia el modelo de consumo: menos es más.
Un ejemplo de responsabilidad de esta cadena de restaurantes es su trabajo con ha logrado que comunidades y grupos vulnerables o de escasos recursos, se desarrollen del mejor modo, sostenidas por un modelo de negocio que les permita crear su forma de subsistir y generando empleos para otros miembros de sus lugares de residencia.
Así, comercios como la mermelada de Conservas Santa Rosa, Miel de la Montaña Amuzga y el chocolate y mole negro oaxaqueño de Mena, y la granola y mole de las comunidades mazahuas de Productos Nutricionales de la Rosa, son ejemplos de productos apoyados por Proyectos Productivos de esta empresa, que han logrado mantener su negocio bien organizado, exitoso y autosustentable, con certificaciones que avalan su calidad y que les permiten buscar otros clientes, con los que fortalecer sus relaciones comerciales.
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