La cuarentena por motivo del COVID-19 ha provocado algunos cambios en la dinámica de los delitos en México, expresó el Semáforo Delictivo en su informe. En el primer trimestre del año, los robos de auto, negocio y de casa han bajado un 15%, 16% y 8%, respectivamente. También muestran reducciones el secuestro con un 44% y la extorsión con un 3%. Algunos de estos delitos ya mostraban cifras favorables desde enero y en marzo se acentúa la caída.
En contraparte, el homicidio se incrementó en el último mes. Aunque el primer trimestre muestra cifras similares a las del año pasado, en marzo se da un repunte significativo con 2,616 casos de homicidio y 3,000 víctimas, por mucho, el mes de mayor incidencia en los últimos 5 años. El 80% de estos homicidios son ejecuciones de crimen organizado y eso nos indica que la lucha entre bandas y cárteles rivales no sólo no cesa, sino que se incrementa, a pesar de la emergencia sanitaria.
Esto muestra que el mercado negro de drogas sigue su propia dinámica y que la reducción de ingresos por la cuarentena ha exacerbado la lucha entre grupos delictivos. Las ejecuciones no bajarán mientras no se regulen las drogas; algo que la presente administración prometió con mucha insistencia en campaña, pero que no ha legislado. El primer trimestre del año acumula 8,585 víctimas de homicidios en 7,279 casos.
Un rubro muy preocupante que se había pronosticado es el incremento de violaciones y de violencia familiar con motivo del confinamiento. La violación ha incrementado un 14% en el año y la violencia familiar un 16%. Ambos delitos se dan principalmente en la casa de la víctima. Muchas de las violaciones son contra menores de edad y cometidas por los propios familiares. Padre, tío y padrastro suelen ser los violadores más comunes. Estos delitos tienden a subir en primavera. El año ya mostraba una tendencia alcista desde enero y esto se exacerba con la cuarentena, alertó Santiago Roel, director y fundador de Semáforo Delictivo.
“Es urgente que las autoridades refuercen las campañas preventivas y atención inmediata en estos delitos”, comentó.
En el Semáforo de Delitos de Alto Impacto, este primer trimestre de 2020, los estados con mayor presencia de crimen organizado son: Baja California, Colima, Zacatecas, Quintana Roo y Aguascalientes. Por el contrario, los mejor evaluados son: Baja California Sur, Chiapas y Sinaloa.
En este mismo periodo, 15 estados muestran un incremento en homicidios. Las tasas más altas se ubican en Colima, Guanajuato, Chihuahua, Guanajuato y Michoacán.
Crisis económica y el impacto en los delitos
La crisis económica es inminente y esto podría revertir la tendencia positiva en algunos delitos. Es urgente que el gobierno federal cambie de actitud y, en conjunto con los gobiernos estatales y los empresarios, diseñe un plan de contingencia integral y efectivo para hacer frente a la crisis que se avecina como lo ha hecho el resto del mundo. De otra manera, los indicadores delictivos podrían dispararse, en especial los delitos patrimoniales y probablemente algunos del crimen organizado.
“Empezamos a observar algunos efectos de la contingencia sanitaria, pero el efecto económico apenas empieza, se combina con la crisis petrolera y, sobre todo, con el ambiente adverso a la inversión nacional y extranjera que el gobierno federal provocó desde el año pasado”, señaló Santiago Roel.
“El cierre de empresas, el desempleo y la desesperación de la población más afectada podrían crear un escenario de violencia social inusitado. Nunca es buen momento para golpear a la empresa ni a los trabajadores y hoy es suicida; no es momento de acaparar recursos fiscales para dilapidarlos en proyectos que no tenían lógica antes de la crisis y que actualmente son totalmente absurdos. Si el gobierno federal no entiende esto, no ha entendido nada sobre los riesgos sociales que se avecinan. Son tiempos extraordinarios y si no hay respuesta en el gobierno federal, la sociedad y los gobiernos estatales tendrán que tomar otro tipo de decisiones para evitar una crisis mayor”, concluyó Roel.
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